Había ido a Casa Marga mientras estaba en Rovira i Virgili, pero desde que se trasladaron a la Vía Augusta todavía no les había pasado a visitar.

Me gustaba mucho el sitio mientras estaba Silvia, en su día una de las mejores profesionales de Tarragona, pero cuando se fue el lugar perdió mucho encanto. Lo visite de vez en cuando, pero en su mayoría eran todas maduritas... y si coincidía alguna joven, la implicación dejaba mucho que desear.

Así que, tras mucho tiempo sin pasarme, el otro día decidí darles una oportunidad, y me gusto lo que vi. El lugar dista de ser el piso viejo y cutre que tenían, y las chicas, sin ser teens, tampoco las vi muy mayores.

La experiencia, sin ser una de las mejores, fue muy aceptable. Solo decir que para ser un piso que tenia olvidado, volveré a tenerlo en consideración.