(Léase todo con mucha ironía y mucha guasa, pues nada es como parece, tan sólo Lidia y sus encantos que despliega con generosidad cada vez que voy a verla)

Me manda un e-mail “cariño, te echo de menos”,......Ella sabe que son las mentiras que me pueden y no soy capaz de resistir. Me acicalo, desodorante íntimo antitraspirante, Valentino a profusión en el pecho, me pongo mi traje de los domingos y para allá.
Trato de llegar puntual, a las seis, como me ha citado, aunque la prisas me hacen presentarme diez minutos antes y, nada más salir del lavabo para aligerar la entrepierna, rehacer el nudo de la corbata y recomponer
la tripa, me acerco a la barra donde mora mi camaruta de cabecera y mientras estoy encargando mi Glent Grant con ginger en copa de balón y dos cubitos me abraza ella por detrás y me dice "¿quién soy?"

Demencial,….me giro y me suelta un beso en los morros sin dejarme responder,…Sólo al cabo de un minuto soy capaz de reaccionar y decirle mirando el reloj: "te has adelantado",….y la tía me da otro capotazo que me deja rendido a sus pies: “Sí, es que ya tenía muchas ganas de verte”

Sin respiración, pero me entra la risa, aunque ella me mira seria: “Es verdad, ¿no te lo crees?” Joder, claro que no, pero me gusta como me engatusa, me engaña, me atonta, me maltrata,.........

Me acorrala contra la barra, me mete su pierna, entre las mías y me tantea la entrepierna,…..me muero.

Joder, en los cascos mientras escribo The Cords – me ponen estas chicas, sobretodo la del violín -, y Bono de U2: Where do you go when you are lonly, where do you go when you are blue?...When the sky is blue.

La abrazo un poco más, y me aprieta sus pechos contra mis narices. De pie me saca media cabeza y tumbados media pierna porque siempre me pongo a la altura de su boca y sus labios.

La aparto un poco de mí para ver como viene y otro sobresalto, lleva una especie de blusa plateada y brillante que sólo le llega hasta el culo, con sus pechos sueltos que mueve ante mis narices como la mejor sambista brasileria y me dedica una de sus sonrisas cautivadoras, mientras me dice: “mira, no llevo bragas”,…se levanta la blusita y puedo ver su bigotito vertical negrito que indica el principio o el fin de su bonito…..tesoro.

Pero no puedo por menos que reprenderla muy serio, no porque se pueda resfriar, que también, sino porque a mí me gusta más tapadita. “¿Dónde está el tanga negro que te he pedido?” Y ella dándome el tercer capotazo de la tarde me dice provocadora y medio seria: “En el bolso”

Total rendición a partir de ahí.

Le damos un par de sorbitos cada uno a mi copa que ella gusta de compartir como compartimos otras cosas más íntimas y luego ya todo es una sucesión de momentos encantadores y embaucadores hasta que en la habitación, después de todo el protocolo de poses, por su parte, desnudarnos mutuamente, lavados eróticos y demás, entre besos y caricias, nos ponemos serios y procedemos al ritual de amor y pasión que ella me brinda cada tarde que voy a visitarla,……..para morir,…………como hago después entre sus piernas mientras me arrepiento de las tardes que he perdido con otras menos agradecidas y más apresuradas.

Esto ya debo haberlo escrito otras veces, pero “no quiero vivir sin ella, mientras pueda muchas tardes morir en ella”

Ala, hasta luego!