Hay días que el destino se alia con la suerte,
y entonces, va la vida y te besa en la boca.

Ya hace unos meses me desapareció un àngel brasileiro y ahora me ha llegado otro de Polonia.

Erika va a ser mi tabla de perdición las próximas semanas porque me da la vida que otras me quitan.

Es una preciosidad que te entrega su candidez en forma de maullidos y alimenta tu alma con carcicias y ternura.

Jovencita y deliciosa que me va a devolver a la cordura que los molinos de estas vacas me han quitado.

La he visitado esta mañana y ya estoy echando cuentas de la próxima visita.

PD: ahhh que se presenta así, auqnue ahora está muy morena:
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