Los mejores orgasmos que he tenido, los he sentido mientras me han lamido y estimulado el clítoris.

Aunque no hay nada como una buena penetración, cosa bastante satisfactoria, los orgasmos más fuertes y explosivos los he sentido cuando un hombre me ha pasado su lengua por el clítoris.

Lo primero que me pone más caliente es sentir el calor de su aliento sobre mi sexo, ¡buff! eso ya prepara mucho la situación. Luego sentir como va estimulando el clítoris tan solo con su lengua, moviéndola sobre el mismo, primero lentamente y poco a poco va aumentando la velocidad. Pero incrementar la velocidad no significa la intensidad, al contrario la suavidad y la delicadeza juegan aquí un papel decisivo e importante.

En el tiempo que estoy en esa situación pierdo la noción del tiempo, pasa rápido pero a la vez, es como si llevara así años y entra en juego mi fantasía. El placer aumenta con la velocidad del movimiento de la lengua y mientras me sostiene las piernas con sus fuertes manos.

Finalmente me sobreviene el orgasmo, es cómo repentino, intenso y bestial. Exploto de placer por dentro y no puedo evitar soltar un grito, sale involuntario, reflejo de tal manera que parece que soy ajena y que proviene de otra mujer ya que no lo he provocado.

Lucía Martín
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