Desde hace tiempo que quería tener una experiencia diferente. No mejor ni peor, pero si distinta a las demás en las que, al menos últimamente, tenía la sensación de practicar un cierto vampirismo de juventud con las mujeres jóvenes con las que he estado. Quería tener el honor de compartir con alguien con más experiencia y madurez.

Esta tarde he podido satisfacer mi interés. Ojalá me hubiese interesado antes.

Montse ya no es una chiquilla pero, sin ánimo de ofender a nadie, tiene muy poco que enviar a muchísimas. Un cuerpo gloriosamente conservado que aloja una mente privilegiada. Creo que es la mejor combinación para pasar una tarde. "Sexo intelectual" o "Cultura y sexo"?

Es persona de trato afable y agradable que te hace sentir "en casa" y que sabe adaptarse a tus particularidades. Domina el difícil arte del tempo y el del ritmo. Se mueve en terrenos que domina perfectamente. Pero, sobre todo, sabe reir.

Creo que Andras Vajda (Stephen Vizincsey), en "En brazos de la mujer madura", cometió el delito de no hablar de Montse porque ella resume las excelencias de las mujeres no-jovencitas que Vajda glosa en su libro. Fue a partir de ese libro que empezó mi curiosidad.

Ha sido un descubrimiento para mi. Las tardes de viernes ya no serán lo mismo sin Montse: ese masaje con aceites (de ¿Pompeya?), el contacto de ese cuerpo terso, el abrazo de unas piernas largas y hermosas, el glorioso arqueo de su vientre y tantos otros momentos de éxtasis.

Gracias Montse