Hola foreros/as

Decido contar esta experiencia, no por ser anecdotica sino por que me pareció especial.
No sé si a las foreras les habrá sucedido alguna vez...Por su voz en el telefono, me fuí haciendo una idea de lo que podría ser mi prototipo de hombre, inteligente, educado, elegante, exigente, algo serio, y una exquisita timidez. Todo ese conjunto me tenía muy intrigada y reconozco que me puse muy nerviosa el día de la cita.

Quedemos en que pasaría a buscarme al lado de una boca de metro...Legamos casi a la par, me reconoció enseguida y me levantó el brazo mostrandome un cordial saludo, le indiqué si sibuia y me lo afirmó igualmente mediante un gesto.

Una vez sentada al lado suyo, me paré a observarle... más joven de lo que imaginaba, unos 38 diria yo, buena planta... Enseguda comezamos a hablar, la conversación impersonal, amena, tranquila, amigable.
Sinceramente me rompió todos los esquemas, más informal, simpatico, cordial y timido de lo que pensaba.

Me puse más nerviosa de lo que estaba anteriormente, ahora además de querer agradarle como profesional, quería agradarle también en lo personal... Empecé a ser consciente de que no iba a controlar la situación y eso és algo que rara vez me ocurre.

Una vez en la habitación del hotel, ahora los dos a solas , salió a relucir más su timidez, mezclado con mis nervios cada vez más evidentes, empecé a sospechar que la cosa no iba a salir tan bién como esperaba.

Sin contacto físico todavía, le pedí permiso para ponerme un conjuntito que traje expresamente para la ocasión...Cuando salí él esperaba tumbado en la cama boca arriba tan solo con unos boxes puestos.

Fuí aproximandome a la cama, donde estaba él, para buscar ese tan esperado contacto físico, una vez rozando nuestros cuerpos acerco mis labios a los suyos buscando algo de complicidad, poder romper el hielo...No me había pasado hasta entonces, sentir a alguién tan lejos estando tan cerca.

Le propuse un masaje (trage aceite y aprobeché la situación)...Accedió, empecé por la espalada el comenzó a hablar otra vez siguiendo el hilo anterior...Mientras yo intentaba hacerle un masaje aunque más bien que un masaje parecía que le estaba restregando el aceite por la espalda, ya que no podía controlar los nervios... Mientras charlabamos, fuí relajandome un poco más cada vez, la verdad es que estaba muy agusto con él, no entendía el porque de mis nervios...Ahora le veía bién, relajado, seguro, y aprobeché para un segundo intento de acercarme, yo también estaba más relajada...Al fin parecía que estabamos más cerca el uno del otro, miradas complices, caricias, besos, al fin se rompe el hielo se abre la veda... Empieza el juego, y sin pensarlo ahí estamos los dos, olvidando que somos dos extraños, entregandonos, poseyendonos...

He preferido, por lo que significó para mi, no entrar en detalles explicitos sexuales.

Una vez superada la prueva, satisfechos, extasiados, más relajados ... Seguimos conversando, él tumbado boca abajo, yo encima apoyando mis pechos en su espalda. Me sigue fascinando su timidez, me mira a traves del espejo, le miro y quita la mirada, parece que sigue el juego seductor...Mi cuerpo desea seguir entragada a él... Aunque también me gusta escuchar, su voz cálida y acogedora...

Suavemente me fuí acercando a su sexo, le acaricié y besé con la lengua, enseguida fuí correspondida de nuevo, otra vez nuestro cuerpos en uno, otra vez compartir caricias, besos...

Pasaron dos horas y pico sin darnos cuenta, por lo menos por mi parte. La despedida me pareció fría , no sé si por mi parte o por la suya porque he de reconocer que a mi los nervios me traicionaron en esta cita, no pudiendo dar de mi el 100%. Que pena!! La ocasión lo merecia.

La experiencía por lo general la valoro como positiva, aunque me quedó un gusanillo en el estomago. Y aprendí una cosa muy importante... somos vulnerables nunca sabes las cosas que te puede ofrecer la vida.

Besos
Lucía