FECHA DE LA EXPERIENCIA: Viernes 30 de mayo de 2.008, 16:30
NOMBRE DE LA ESCORT: Gisela
NOMBRE DE LA AGENCIA/PISO/CLUB: Piso particular
WEB: Gisela
DIRECCIÓN: Zona Plaza de Toros Monumental
TELÉFONO DE CONTACTO: 620824415
TARIFAS APLICADAS: 150 €/h
DETALLES DE LA AGENCIA/PISO/CLUB: Anteriores descripciones del piso lo mostraban como un zulo. Nada más lejos de la realidad: es un bunker bajo tierra, al que se llega después de atravesar una escalera. Pude ver su legendaria lavadora, siempre en marcha. Junto a ella, una nevera. Más allá, una cocina con campana conectada a sistema de extracción de humos. Frente a ella, baño compuesto de lavabo, inodoro, ducha y bidé. A continuación, lectum con sábanas impecables.
DETALLES DE LA ESCORT: Chica extremadamente alta y excesivamente flaca, morena, pechos pequeños y blandos, culo gordo.
VALORACI0N DE LA ESCORT ¡Excelente cocinera!

Tras leer diversas experiencias con Gisela, leer la última polémica promovida por climbing y pasar una semana de calentón, me decido a hacer un poco de investigación de campo.

El primer contacto no es malo: educada y amable al teléfono, quedamos a eso de las 16:30. Me dirijo a la zona y, a esa hora, la vuelvo a telefonear. Como un clavo, me responde. Me da su dirección y me dirijo a su piso.

Me abre: primera sorpresa: no es rubia como en las fotos. Es bastante alta. Los pechos apenas se perciben. Muy flaca. Me sorprende. Taciturna, apenas me dirige la palabra con un mal disimulado acento extranjero (¿pero cómo va a hablar catalán, si a penas habla castellano?)

Al entrar en su piso, compruebo que las descripciones de los foreros se quedan cortas: no es un zulo, es un bunker antinuclear, situado en el subsuelo de la ciudad. La escalera que conduce a él se alarga sin que vislumbre el final. Cuando llegamos al fondo, puedo ver la famosa lavadora y demás enseres antes listados. Realmente es ruidosa. Aunque el ruido de la nevera lo tapa un poco. Por algún motivo, también se oye (¡y cómo!) el paso del metro; el suelo tiembla cada pocos minutos. ¿Dónde me he metido?

Con acento seco, me pide el dinero, que cuenta cuidadosamente. Acto seguido, me da una toalla y me envía a la ducha. Segunda decepción, esperaba que me acompañara... aunque bien mirado, no acaba de apetecerme. Salgo en unos minutos y le pregunto si va a entrar. Dice que no, que ya se duchó el sábado pasado (¡¿?!). Cuando se desnuda, revela un culo sorprendentemente gordo para una chica tan asquerosamente flaca... gordo y caído, hay que fastidiarse.

En fin, que tiene pinta de ser una experiencia como en los viejos tiempos de las visitas a Can Barça. Me tiendo en una cama no muy bien arreglada, sobre la que ha dispuesto un mantel de papel y me ordena un 69. Bueno, no me gusta que me manden, pero es como en el trabajo: a ello. Bajo al pilón y lo dejo, es una selva. Mientras, ella inicia una felación ayudándose de papel de cocina que emplea para secar mi pene cada tres chupadas (y rasca bastante). Su técnica es desastrosa, es la primera vez que no solo me rozán con los dientes, ¡me esta mordiendo! Y no, no es excitante, me hace daño. Ya es el colmo, le digo que pare. Sorprendetemente, se muestra dolida. Yo, que para eso soy profesional en esto de ir de señoritas, trato de obtener satisfacción por otro lado.

Discutimos. De pronto se levanta y me deja sin más, se dirige a la cocina, acaba de sonar la alarma del horno. La sigo. Saca una fuente de callos con muy buena pinta y la deja sobre la cocina. La miro. Me mira. Ya tengo decidido de dónde voy a sacar satisfacción. Ella accede y me sirve una ración generosa en la mesa, con un vino bastante agradable y pà de pages. De miedo, nunca había comido unos callos tan buenos. Repito un par de veces, ella me acompaña.

Me marcho con una sonrisa de oreja a oreja: eyacular no habré eyaculado, pero vaya si he comido bien. ¡Mejor que con Osito!

Ahora en serio: es como en las fotos, aunque no acaben de ser absolutamente explícitas; es una chica muy limpia y se afana en que el piso este presentable y limpio; la especialidad de la casa es la que todos dicen, y es excelente en ella, sin trampa ni cartón: sólo he conocido a otra chica de su nivel, y no era profesional. El piso, sin ser un lugar ideal para habitar, es discreto y apropiado para el uso que se le da, muy silencioso. Es buena conversadora, aunque dista mucho de hablar por los codos (imagino que se debió a que soy más charlatán que ella, o que mis canas le impusieron contención); en ningún momento me habló mal de nadie, ni reveló nada que no afectase exclusivamente al foro y a su funcionamiento normal.

Muy recomendable, salí con una sonrisa de oreja a oreja. Repetiré... si antes no lo deja. :wink:

Hablas con el corazón en la mano, Gisela. Ahora te entiendo mejor, y te aprecio más. Hasta pronto.