Re: Quien nada hace, nada cambia
Por una vez entro en una discusión de este tipo, aunque creo que solo me van a entender Lucía y Marien, Marien y Lucía.
Y me pongo serio, muy serio, para resumir la cuestión, y se que ellas me darán la razón: ando desesperado mirando los anuncios de la televisión, si, tachando los días del calendario, a la espera de que ¡¡¡¡¡por fin!!!!! ya sea primavera en El Corte Inglés.
Lo que más se puede cambiar es uno mismo para ser un poco mejor
Vaya por delante mi apoyo incondicional a marien, por su valentía, buen carácter, su ecuanimidad, su postura en la vida y su lucha.
Ninguno de los siguientes comentarios va para matizar ni cuestionar nada de lo que ella ha dicho, ni contra ningún otro post anterior.
Pero dicho esto, quiero comentar:
- La condición de puta no es ninguna “categoría” (colectivo único o uniforme) sino que en él hay muchas situaciones y maneras de afrontarlo por procedencia, necesidad, implicación, belleza, experiencia, cansancio, motor de todo ello como hijos, familia, placer, dinero, completar unos ingresos, abandono de una relación amorosa o matrimonio o mantenimiento de un vicio como ropa joyas o droga. Hay mil situaciones y posturas y sólo son defendibles las que actúan con libertad.
- Yo he visto muchas chicas muy quemadas de 28 años porque han salido muy quemadas de una relación amorosa (civil) desastrosa y otras de 30 y pcio con una fuerza enorme que renuevan cada día por que luchan por un hijo/a
- Las putas – reduzcamos el tema a las que actúan con libertad - no son heroínas como categoría porque decidan libremente vender su cuerpo o su compañía. Heroína es la peruana que limpia la portería de mi edifico tres días por semana y en total se hace 30 escaleras a la semana por pongamos 600€??
- Las putas venden un servicio (producto) como el masajista, el médico, el abogado, el consejero financiero o el churrero y, por supuesto, que detrás - como en todos los otros oficios mencionados -, hay una persona que se relaciona con personas donde la profesionalidad va unida a una humanidad y capacidad de agrado o entendimiento (algunas la llaman psicología) y como personas tienen los mismos deberes y merecen los mismos respetos que todos los demás, pero venden un servicio y como tal es criticable o enjuiciable y debe responder a lo negociado y pactado.
- Las mileuristas como las extranjeras que se vienen de argentina, venezuela o,…. a hacer unos miles de euros que deciden libremente completar sus ingresos con otros adicionales para lo que quieran y lo hagan con total agrado porque encuentran hombres que les pagan, satisfacen sus necesidades sexuales y además son educados, limpios, cordiales, corteses, entretenidos y mundanos (positivo) que los chavales que suelen encontrar en su barrio o discos son afortunadas, porque mi primo de 29 años que trabaja 10 horas diarias en una obra no tiene esa elección de completar sus ingresos dando y tomando placer, ni podría, después de 10 horas en la obra. Mi primo sí que es héroe de la vida por mantener de esta manera a una familia de dos hijos junto a su mujer que es la que limpia escaleras.
- Y dicho todo esto,
mejor que se legalice,
que se conozca mejor la profesión de manera
que no se juzgue ni es estigmatice a todas por igual
ni se quiera nadie erigir en defensor de ellas por decir que son esclavas
las hay esclavas de personas o mafias, esclavas de un hombre, esclavas de sus vicios
y libres que así han decidido ejercer esta profesión y de una determinada manera,…..
como hay o habemos puteros (explotadores o mecenas?) medio limpios, medio educados y medio considerados con las personas que nos dan placer o ilusión,
y que no pretendemos que nos curen nada ni cubran ninguna carestía, sino que nos acompañen, divertirnos juntos y, a veces, hasta nos quieran, como nosotros queremos a algunas que nos ganan.
Pero el que tenga que cubrir carestías de su vida en este campo mal lo tiene aunque está en su derecho y hace muy bien en ello.
Sin embargo, prefiero tener una vida rica personal, familiar, social e intelectualmente y que los momentos de diversión y placer compartidos con alguna de mis musas o alguna amante ocasional sean ese plus de maravillosidad que hay que ponerle a la vida.