Y para estas Navidades… turroncito de Alicante

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por Manhattan
Barcelona

Apartamento de la escort8
Duración45 minutos
Precio150
PechoNatural
FumadoraNo lo sé
BesosBesa con lengua
FrancésSin hasta el final
GriegoNo lo sé

Y para estas Navidades… turroncito de Alicante

EXPERIENCIA
Relato del encuentro:

Está claro que me gustan las mujeres pero si son veintiañeras parece que aún me gustan más…

Éste es el caso de Aitana, recién llegada a Barcelona para nuestro gozo y satisfacción y que me faltó un telediario y medio para llamarla una vez vi su blog en SMB. De hecho ya la había visto hacía poco más de 15 días en Girls pero ha sido hoy, día 9 de diciembre, cuando al descubrirla en el Foro me he decidido a llamarla, con la suerte además de poder quedar con ella esta misma tarde.

He llegado puntual, me ha pedido cinco minutos más y tras ellos y una perdida he subido al piso en cuestión para descubrir a esta nueva belleza que ha venido para alegrarnos estas fiestas y que espero que siga mucho tiempo más entre nosotros.

Aitana es un piboncito tierno y muy sensual. Se mueve con elegancia y soltura. Es tranquila y esta tranquilidad te la transmite de manera positiva.

Sus facciones de cara, salvo sus ojos azules y muy vivos y su piel muy blanca, son bajo mi punto de vista, arabescas. Su nariz pequeña pero un tanto aguileña le da una personalidad muy acentuada y sus labios no muy gruesos pero besucones son grandes como su boca que es más bien grande. Una larga y negra melena de pelo sedoso y muy bien cuiadado adorna su cara en conjunto guapa y seductora.

El tipo es de teen auténtica. Escultural de tamaño mediano, no es muy alta, sobre 1,60 cm. con curvas en su justa proporción muy delimitadas y que muestran lo bien esculpida que está. Sólo hay que ver sus fotografías para saber de qué estoy hablando.

Así con este piboncito frente a mí, iniciamos nuestra conversación para intentar lo más rápidamente posible conectar el uno con el otro, todo y que de hecho ya lo habíamos hecho en un plis plas, porque insisto en decir que a pesar de su calmada actitud, lo que sí reflejaba es que ella estaba a gusto con la situación.

Me invita a desvestirme y a acompañarme al baño para ducharnos los dos a la vez. La verdad es que un servidor no es muy dado en general a estos menesteres, casi que prefiero asearme yo solo, pero si una señorita como Aitana me dice que nos duchemos juntos, pues yo… a la ducha sin rechistar.

Allí nos enjabonamos mientras el amigo ya estaba preparado para la “batalla”.

Salimos y nos metimos de nuevo en la habitación y allí de pie, empezamos con unos primeros abrazos mientras mis manos correteaban con cariño este cuerpecito tan, tan... una delicatessen para disfrutar, sobre todo, cuando notas cómo este cuerpo se adhiere casi como una pegatina al tuyo y notas la suavidad de su piel y la sinuosidad de sus curvas.

En esta situación nos dimos nuestros primeros besos, muy dulces, muy tiernos, labios contra labios, y poco a poco nuestras lenguas que empiezan a juguetear la una con la otra para intensificar estos besos a cotas superiores.

El amigo como loco serpenteando entre sus piernas como un poseso a lo que ya sin más, pasamos directos a la cama y sobre ella, la "freno" justo cuando estaba en posición a4 y ahí comienzo con un festival de besos entre su cerito y su sexo y con mi lengua me dedico a entrar primero en uno y luego en otro mientras unos sensuales jadeos comenzaban a inundar la habitación.

Le pido que se ponga cómoda y allí empiezo a saborear su entrepierna que ya mojaba desde hacía un ratito. Así pasamos un buen rato hasta que uno de mis dedos se introduce en su interior para que con éste y la lengua que no paraba, llevarla al clímax deseado para satisfacción de ella… y mía por lograrlo.

Después es ella la que pone su “maquinaria” en marcha para devolverme la satisfacción y con una delicadeza que no recuerdo haberla experimentdo antes, empieza a comerme a mi amigo, es decir, “comerme” no, yo diría a “masajear” con su boca a mi amigo, pero con tal delicadeza que notaba todo su tacto como si estuviera conectado a ella.

Fue una sensación indescriptible y que en un futuro espero volver a probarlo pero para acabar (si así se confirma que llega hasta el final) en su boca.

Hoy no era ese día pues yo quería penetrar a aquel piboncito y después de un buen rato con ese francés memorable, pasamos al cowgirl.

Otra pose y otro momento para el deleite. Tener sobre ti a esa criatura tan tierna pero al mismo tiempo tan implicada y con su cuerpo totalmente acoplado al tuyo es una maravilla.

Tuve que pedir un stop para no acabar allí porque quería más y quería acabar como a mí me gusta que es en posición misionero.

Así lo hicimos. Ella debajo y yo encima y ya dentro de ella gozar de este momento para al poco rato con el roce de su vagina prieta y mojadita acabar con una corrida celestial al tiempo que nos morreábamos como novios.

Un placer para vivir y repetir…