Iris Carbonell… una teen que había que probar y degustar…

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1 10/2014
Manhattan
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por Manhattan
Barcelona

Apartamento de la escort8
Duración60 minutos
Precio150
PechoNo lo sé
FumadoraNo lo sé
BesosBesa con lengua
FrancésSin
GriegoNo lo sé

Vi su anuncio y me llamó la atención que una chica tan joven apareciera de repente con una sola inserción, en este caso en ForosX y de entrada sin mediar ninguna experiencia ni nada parecido ofreciera sus servicios a tarifa de 200€ hora.

Por supuesto que cada uno es libre de aplicar la tarifa que considere oportuna, pero no dejé de extrañarme por ello, que una “novata”, además independiente, se atreviera con ello.

Tanto, que quise saber más y la llamé. Cuando oí su voz y tras unos momentos de conversación me pareció un angelito y entonces pensé que la tarifa quizás era la adecuada.

Pero un servidor tiene cierta “pelea” con esas tarifas pues no suelo pagarlas a menos que se me ofrezcan ciertas garantías, aunque pagues lo que pagues el feeling y el buen rollo no te lo garantice nadie.

Pero su voz me sedujo y no pude evitar las ganas que me entraron por conocerla, pero seguía reacio a llegar a los 200 y le pregunté si ofrecía servicios de menor duración a lo que me contestó que por 150 € podría estar media hora.

Algo desanimado me despedí emplazándome a que la llamaría algún día u otro. Aunque tengo que decir que me seguían doliendo los 200 y por 150 media hora, no te daba tiempo a disfrutar de una relación adecuada, creo…

Así que aparqué su número a la espera de a ver qué hacía en un futuro. Pero hete aquí, que supongo aconsejada por alguien o por su propia iniciativa anunció una oferta de una hora por 150 €.

A partir de ahí ya no tenía excusa, así que la llamé de nuevo para citarnos y lo que aconteció, lo cuento a continuación…

Valoración de la cara: Muy guapa. Cara de estructura alargada acorde a su cuerpo. Preciosos y cautivadores ojos verdes, centelleantes y relucientes. Nariz pequeña y boca grandecita con labios gruesos que utiliza muy bien y que disfruté de ellos con largos y sensuales morreos durante toda la sesión. Larga melena de cabello castaño medio con rizos y ondulaciones muy sedoso y bien cuidado.

Valoración de cuerpo: A quién le gusten los cuerpos pero de estructura teen, o lo que es lo mismo, de estrucutura más bien delgada pero que no le falta ni le sobre de nada, ésta es su chica. Pedazo de cuerpo de 175 cm con buenas curvas tanto en cintura como en caderas y culito levantado y respingón. Piernas largas y preciosas y pechos suficientes, algo blanditos pero levantados. Muy apetecible.

Valoración de carácter: Simpatiquísima, pícara y sensual, amable e implicada. Con ganas de agradar y de que te sientas bien a su lado. Le gusta hablar y le gusta escuchar y ríe con facilidad. He estado muy a gusto a su lado.

Vestimenta: Picardías de color rojo, “subida” en zapatos negros con plataforma y taconazos de 10 o 12 cm que la llevaban a alturas casi indecentes… sobre los 185 cosa que a mí me gusta menos que más, y aún y reconociendo que la criatura estaba para comérsela, sinceramente disfruto más de la chica cuando ésta está, aunque sea ligeramente, por debajo de mi altura… que es de 180 cm.
Debajo del picardías no había… nada!

Besos/morreos? Con lengua, muy dulces y sensuales. Me encantaron.
Francés/garganta profunda? Sí y sin. Salivado y excitante. Con miradas lascivas.
Beso negro? No
Cunnilingus? Por supuesto!
Cowgirl? Sí. Gran amazona.
A4? Sí. Espectacular.
Misionero? Sí. Largo y excitante. Acabé así gran placer.

EXPERIENCIA
Relato del encuentro:

Llegué puntual pero tuve que esperar unos quince minutos ya que cuando la llamé para concretar el piso, no había llegado aún al apartamento pues se tuvo que desplazar, y ya se sabe que un viernes por la tarde circular por Barcelona no te garantiza puntualidad, depende de dónde vengas, claro.

Aproveché para tomar algo en un bar cercano y al poco recibí la “perdida” que indicaba que Iris ya estaba en su lugar, y a punto…

Para allá que fui. Me abrió la puerta con sigilo y cuando la crucé en su totalidad la vi allí, alta, imponente, con una sonrisa de oreja a oreja y con sus labios abundantes y rojos. Curioso ese cosquilleo que uno siente, imposible de evitar, a pesar de la experiencia.

Me toma de la mano y tras cruzar un pasillo algo largo nos metemos en la habitación.

Charlamos un poco tranquilizando así ese cosquilleo que muy pronto pasó a anécdota y después de pedirle que se bajara de su “ático” y dejara sus taconazos en un rincón, pasé mis manos y brazos enrollándolos como serpiente en su estrecha cintura y nos dimos el primer morreo jugando con nuestras lenguas para que todo se pusiera en su sitio, en especial el amigo que saltó feliz de alegría ante lo que empezaba a notar.

Era tiempo de acomodar la ropa, la mía porque la de ella practicamente no existía, sólo ese picardías por el que mis manos ya habían recorrido por debajo de él para palpar su cuerpo totalmente desnudo sin bragas ni sostenes.

Me duché, me sequé y me faltó un suspiro para estirar del lazo superior que aguantaba ese picardías para que éste se cayera al suelo y dejara en total libertad aquel pedazo de cuerpo que muy pronto iba a ser “mío”.

Qué emoción y qué bendiciones nos aporta la vida a los que como yo valoramos tan apasionadamente esos excitantes momentos…

Seguimos con los besos, hablamos también y nos preguntamos qué nos gustaba, aunque creo que en eso, la mayoría somos bastante universales…

Así que poco había que preguntar y poco más que no supiéramos había que hacer para seguir con el juego que acabábamos de iniciar.

Ella se acomodó sobre la cama por petición mía. Morreos largos e intensos. Me encanta cómo besa Iris, con pasión y jugando con la lengua tal cual novietes enamorados. Y con todo eso, mi boca que la busca por todos los rincones de su largo e interminable cuerpo con esas piernas alucinantes que se separan para que mi cabeza busque entre ellas lo que tanto me gusta y que muy pronto me instalo allí y comienzo con ese cunillingus que cada vez más me apasiona más hacerlo y sobretodo cuando notas que vas por el buen camino.

Sientes esos suspiros mientras tu lengua sigue saboreando ese efluvio divino que emana de su vagina para mostrarte lo a gusto que ella se encuentra.

Y más placer cuando los suspiros suben de todo y se convierten en jadeos más intensos y sus manos te cogen la cabeza y te la aprientan hacia su sexo para que no dejes de hacer aquello que la está llevando al éxtasis y que al poco explota con esos medios gritos, esas pequeñas convulsiones y esa contracción de cintura y piernas mientras el orgasmo recorre su cuerpo.

Qué placer el de ella y que placer el mío por el premio al “trabajo” bien hecho.

A partir de ahí, risas, suspiros y requiebros… y tras un brevísimo relax, vuelta a  empezar pero ahora con el turno cambiado.

Francés a pelo, mientras el espejo, justo al lado de la cama, refleja toda la escena mostrando la totalidad de su cuerpo en esa pose de gatito dándole a la situación un toque, aún si cabe, más erótico.

Un buen rato con el amigo en su boca, con repaso de arriba para abajo, engullidas hasta la campanilla, miradas lascivas, risitas y también repaso de webes para añadir un poco más de sal, por si no la había suficiente.

Es hora del cambio y después de enfundar al amigo pasamos a un cow que Iris interpreta como gran amazona.

Luego un a4 espectacular con el que parece que ella se siente más a gusto. Un buen rato así, oyendo sus jadeos pero sin llevarla a un nuevo orgasmo y para acabar turno de misionero con el que soy yo el que va a llegar a su final.

Ella debajo, esas piernas que se abren para mostrar el camino por donde el amigo tiene que seguir para gozar al máximo de su estrechez, de su lubrificación y todo eso aderezado con caricias por mi espalda y constantes morreos.

Y por si faltara algo, unas miraditas de reojo a la escena que reflejada en el espejo mostraba esas piernas, ahora levantadas mientras mi cuerpo arremetía con un movimento rítmico dentro de ella para llegar a una corrida de esas que dejan huella…

Qué placer y que barbaridad de relación la compartida con ese pibón.

Toca relax, charla, en ese caso más larga de lo habitual ya que no te apremia con la hora, y eso se agradece. Tampoco soy de aprovecharme de ello, por lo que llegado el tiempo, paso de nuevo por la ducha, me visto en un plis plas y después de besuquearnos una vez más como novietes que se despiden, me marcho muy satisfecho y a gusto por haberme deciddio a conocer a esa chica que es un encanto como mujer y como persona.

Qué suerte la mía…