Katy Kat (2): Sobredosis, o más bien, "tripledosis" de sexo

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Barcelona

Apartamento de la escort	9
Duración	120 minutos
Precio	350€
Pecho	Natural
Fumadora	No
Besos	Besa con lengua
Francés	Sin hasta el final
Griego	Sí

Experiencia número dieciséis: no suelo repetir dos veces seguidas con la misma escort, y procuro dejar un tiempo prudencial entre encuentro y encuentro para que los mismos mantengan un buen nivel de pasión. Pero ante la imposibilidad de contactar con algunas de mis primeras opciones, bien por estar de vacaciones o ilocalizables, llamé de nuevo a Katy, cuyo primer encuentro fue realmente fogoso, y ya estaba recuperado para una nueva cita de dos horas.
 
Sólo habían pasado dos meses de dicho encuentro, pero lo recordaba como si fuera ayer mismo, lo que hacía subir mi libido. De nuevo en su piso, Katy me recibe igual que entonces, con muchos besos de entrada. Continuamos con los mismos en el sofá, y con mis manos le voy quitando las pocas prendas de ropa que tiene hasta dejarla desnuda, y aprovecho para disfrutar de su cuerpo.
 
Pero es Katy quien controla la situación: se va a la cama y se pone a cuatro patas ofreciéndome su trasero, para provocarme y calentarme aún más. Juego un poco con mi dedo en su ano, lo suficiente para ponerla a tono. Necesito un poco de respiro, así que la ducha que me ofrece me sirve de excusa para calmarme y que el agua recorra mi cuerpo. Y no será la única ducha que me tome durante la cita.
 
De vuelta a la cama, nos abrazamos y besamos, y comienzo a besarle y lamerle lentamente, buscando su sexo. Le encanta que se lo laman muy despacio y luego ir creciendo el ritmo, y yo me esmero por complacerla. A cada nueva indicación, mi lengua recorre una parte u otra de su entrepierna, hasta que se humedece y jadea más. Cosa que a mí también me pone cachondo, tanto que cuando ella se corre yo estoy a punto, y me ofrece su cuerpo para descargar, y ahí acabo, impregnándola de mi semen en su vientre y pechos.
 
Terminado el primer acto, Katy me da un masaje que me ayudará a calmarme y bajar mi calentón del primer polvo, terminado de forma demasiado abrupta por mi culpa. Una vez finalizado el masaje, me sabe poner a tono mi miembro, tocándomelo hasta que se pone erecto con relativa rapidez. Turno ahora para el sexo, donde Katy se pone sobre mi y de cuclillas, llevando el ritmo de la penetración, y luego se pone a cuatro patas para que yo contemple la visión de su trasero y la penetre desde atrás. Así seguimos un buen rato, hasta que los movimientos pélvicos de Katy me hacen llegar al segundo orgasmo, y caigo rendido.
 
He de ser sincero, y reconocer que Katy me está dejando sin aliento y un poco en mal lugar: estoy un poco por debajo con respecto al primer encuentro. Pero Katy me anima a un tercer polvo, y habrá que hacer un verdadero esfuerzo para llegar al mismo. Recurro de nuevo a darle sexo oral para excitarla, y así animarme yo también. Y menuda sesión: ni idea de cuánto tiempo duró, pues mi lengua terminó exhausta y ya casi no me quedaba saliva hasta que Katy alcanzó otro orgasmo, pero seguía queriendo más.
 
Para ir finalizando, cambiamos a la sala de estar: como la otra vez, usamos la mesa para satisfacer nuestros deseos, y allí me estrené con el sexo anal que tanto me reclamaba Katy. He de reconocer que el suplemento merecía la pena. Y luego en el sofá continuamos con posturas variadas, siempre con el sexo anal como protagonista.
 
Y como colofón, ahora es ella quién con su francés busca que llegue al orgasmo y me corra en su boca. A pesar de tener el miembro erecto y el dominio de Katy con su técnica salivándome bien el pene, no acabo de irme. Pero tras unos minutos, mientras me masturbaba y Katy me lamía los testículos, ahora sí me corro y Katy pone dispuesta su boca para no dejar derramar nada de mi semen. Todavía me quedaré rato tumbado en el sofá hasta recuperar el aliento, mientras Katy va al baño.
 
He acabado completamente exhausto: tras la charla y un poco de agua para retomar fuerzas, me toca despedirme de ella, pues por desgracia tenía un compromiso después (no de índole sexual) y ya llegaba tarde. Si no, me hubiera quedado un poco más, aún con el riesgo que Katy quisiera llevarme al límite con otra postura sexual
 
Resumen y valoración: poco a añadir, pues con el segundo encuentro Katy me ha confirmado que le gusta el sexo y lo disfruta, es viciosa y tiene mucha imaginación. El único inconveniente es que engancha, y conmigo lo está consiguiendo.
 
Saludos y hasta otra.