Marta Mestres, soy cansino, lo sé, pero no puedo resistirme

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Barcelona

Apartamento de la escort9
Duración120 minutos
Precio600
PechoNatural
FumadoraNo
BesosBesa con lengua
FrancésSin
GriegoNo lo sé

Y tres días después, como Jesús, quise compensar mi visita flash anterior. Disponía de tiempo y a Marta se la ha de saborear con tranquilidad. Al llamarla me preguntó si quería algo especial: “Unas birras, tres o cuatro mínimo, tú ahí pon en la nevera, sin conocimiento”, le dije yo abusando de su bondad y hospitalidad… “Y si puede ser que sean Hei…” encima exigiendo marca. Lo cierto es que, excepto mi primer encuentro con ella que fue en apartamento por horas, las otras ocasiones siempre me ha ofrecido algo de beber.

Llegué 5 o 10 min. tarde, el aparcamiento en BCN está fatal, me recibió con un vestido negro muy ceñido que comprimía todas las curvas peligrosas que posee; “firme deslizante” en seco y mojado… joder, no sabes que neumáticos vas a poner antes de luchar por el podium. El besito labial de rigor y para dentro. Me invitó a sentarme en el sofá y ella se sentó en la cama, justo delante de mi, nada, a menos de un metro. Ese vestido se subió para arriba y dejó ver un poco el conjuntito de lencería (váis a perdonarme pero ahora mismo no recuerdo si llevaba el blanco o uno negro y púrpura, o el día anterior era negro…es igual está cañón), ya me estaba dando el hormigueo escrotal y Manolo se despertaba de la siesta.

Brindamos con cava y sin más, así como quien no quiere la cosa, el vestido desapareció y ya la tenía encima a besos apasionados, mordisquitos, con sus caricias y su cálida respiración… y ¿quién se queda quieto con semejante hembra encima?... yo no. Ahí me di cuenta de que genéticamente soy una piltrafa, por lo menos me faltan dos brazos y dos manos más y par de lenguas para poder comerme sus pechos al unísono, que son inmensos me alimentaría de ellos y no pasaría hambre, lo juro.

Tras el precalentamiento nos fuimos a la ducha. Jabón aquí, jabón allá, agüita caliente, muchos besos, caricias, mis manos ya no sabían donde agarrarse, mi pene rozando su clítoris… y de regalo una felación brutal, pero si llegar al final aunque a punto estuve. Pues no voy y me pongo morcillón escribiendo esto. Una vez secos y aseados, para la cama; recordé la ya clásica frase de mi madre y, bueno, la de todos: “Cometelo todo”… Me faltó tiempo para lanzarme al ataque a devorar con ansia a Marta… rica y con fundamento, a mi que me pongan Marta de primero, de segundo, de postre y hasta de copa. Que buena está, desde la boca a los pies, me encanta oirla gemir mientras le repaso su anatomía con la lengua. Y, no me preguntéis por qué, pero es que siempre acabo en ese bollilo de agua miel que tiene; y no me cansa lamerlo y chuparlo y notar como se me moja la boca y atragantarme con tanto flujo... y engullirlo con pasión.

Luego atacó ella, con su boca insaciable y ardiente. Después el tema derivó en el ya habitual 69, increíbles los esfuerzos para no irme a la primera. Y para rematarlo, la cabalgada tronchadora de miembros de la walkiria, después un misionero tremendo (llamadme anticuado pero es la postura que más me gusta y creo intuir que a ella también) y, finalmente, ella a cuatro patas y allí me rendí; estaba tan a gusto en aquella postura que, por mucho que me guste acabar fuera, le dije: “Aquí acabo” y de este modo me dejé ir.

Finalmente un buen rato de charla y mimos, de risas y de unas cervecillas. Piensas que con Marta el tiempo se detiene, pero no es cierto, el reloj implacable no es capaz de darte tregua y sigue avanzando. Aún asi, con ella todos los segundos son excelsos y yo, no queda otra, que rendirme a sus pies. Soy afortunado, no pido más.

PD: No sus bebáis la última birra… ES MIA!!! XDXDXDXDXDXD