INES de Madamecristina. Vienen noches de insomnio

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Oliba
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McQueen
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por Oliba
Barcelona

Local Agencia o Club9
Duración120 minutos
Precio650
PechoNatural
FumadoraNo
BesosBesa con lengua
FrancésSin hasta el final
GriegoNo

 

Este vicio hay que dejarlo.

Os cuento.

Hace poco leí en este foro una experiencia de McQueen con Inés. Parecía inacabada. Llegué a temer por la salud del ilustre. Pero no, veo que está vivito y coleando (dícese del ejercicio, sano regular y continuado,  que algunos especímenes hacen con la cola). Parecía un relato inconcluso, decía, pero lo que transmitía era algo especial.  Al bueno de McQueen algo le pasó aquel día,  me quedó claro, algo bueno. Sufriría un impacto. Un buen impacto. De esos que buscas durante media vida y, mientras tanto, en cambio, no cesas de darte de roca en roca, de piedra en piedra, de muro en muro

Y así, esperando, iba yo pensando, en lo que le habría pasado exactamente al personaje, y, también, en lo malo que es este vicio, luego os cuento, cuando, taconeo reglamentario, tintineo de pendientes, leve corriente de aire de parpadeo… y

… vi tus ojos.

Ojazos, pero, dime, ¿ que te has creído?. ¿Mirar así, con ese par de soles del color de mil mares?. Descarada. Y malvada. Lo hiciste a posta. ¿Cómo voy a dormir ahora con ese par de antorchas rompiendo cada noche?. ¿Vendrás a cubrirme?. No, ¿ves, malvada?.  Deberías haber entrado con los ojos vendados, amortiguar la luz de ambiente y lentamente, descubrirte, advirtiendo lo que se avecina, la que va a caerme, lo que me espera. Y no, no haces eso, entras así, sonriendo, tranquila y…. mirando al futuro insomne.

Mira que eres mala. Y un delirio de guapa.

Que apenas pude fijarme en tus sandalias con pedrería. Ni en las piernas interminables, ni en esas caderas perfectas. Ni en la cabellera de oro, roble y cobre.Ni en la piel tostada, que bien claro quedó que el sol está loquito por ti, ojazos, que te deja en la playa toda su alma, que cómo sigas tomándolo así quedará el planeta frío. Y todo para que, luego,  te roguemos, peregrinos de rodillas  y anhelantes ante tu sexo, que fundas el hielo con una mirada

Mira que eres descarada. Y una locura de guapa.

Sonreías.  Encima eso!, te estarías imaginando, divertida, en las noches que se me avecinaban de deslumbre.  Y mientras yo ya pensaba en que deberé cambiar mi viejo amigo orujo por tila, salvia, manzanilla y somnífero de caballo… así absorto, así indefenso y preso de mis cábalas,…  tú vas y me besas

Mira que… como besas. Y mira que eres endiabladamente guapa.

Y ya no sé mucho más. Sé que se paró el tiempo, que de mucho besar me perdí entre entre tus piernas, me derretí entre tus senos de niña y creía salvarme agarrado a tus caderas. Pero no, no. No dejabas de mirarme. No había salvación posible. Condena  y sueño ya para siempre.

Si hubieras cerrado los ojos, no lo habría resistido. No lo hagas nunca. Ni dejar que me resista, ni dejar de mirarme. No dejes de mirarme mientras viajo por tus, puedo jurar que dulcísimas, entrañas.

Al final, maldita tos, acabaré convencido. Este vicio es malo y hay que dejarlo. Tengo que fumar menos.