P. Birmana

Bona nit!
La verdad he de reconocer que desde que me di de alta en forox me muero por compartir algo con vosotros por varias razones: 1º Por que me dejó "helada" y con varias dudas de todo tipo que aún rondan por mi cabeza. 2º Para intercambiar impresiones por que verdaderamente quizás sea algo mas usual de lo que pensaba y no sea tan bicho raro como creo.

Todo tuvo lugar hará algo menos de un año. Tuve una peculiar y en absoluto convencional relación con un hombre tan poco usual y convencional como nuestra relación. Nos conocimos de un modo impetuoso como ambos somos (al menos éramos ya que tengo entendido que el ha cambiado mucho en poco tiempo... así se vuelven algunos hombres con algunas mujeres). Empezó siendo cliente. Él ya desde un principio era diferente, diferente en todo: Físico, carácter, expresión comportamiento... En si encarnaba el espíritu del "Factor diferenciador" Su físico llamaba la atención y no por lo atractivo precisamente: Tenía un aspecto duro, impenetrable, distante, frío... todo apariencia pues en realidad era un ángel y yo sin quererlo he de confesar que no sé exactamente en qué momento empecé a morir por el!!

En el sexo.... uuufffffffffffff (>< todo lo que diga es poco. En una conferencia de preeliminares él sería el conferenciante. Experimentaba una sensación que ni conocía ni jamás he vuelto a encontrar, la sensación de la incertidumbre en ese tata mi japonés de su habitación. Estar con el y pensar... "Y ahora qué? qué hace? qué va a pasar? " Cuando entrábamos en faena he de decir que el chico (34 años) no duraba mucho pero es que no me extraña!!!! Daba tantas vueltas a todo: Al tatami, a mi cuerpo, a mi cuerpo en el tatami, a su cuerpo, a mi cuerpo con el suyo y hasta recorrernos correnos y volvernos locos con tanto recorrido el uno al otro. La cara... esa cara que ponía... jamás la he encontrado en nadie ni en nada mas; Lo juro.

Como comprenderéis la cosa traspasó fronteras y el cliente pasó a ser "El dueño" Dueño y señor mío. Una noche de las nuestras, llena de vicio, de sexo y sexo viciado se me queda mirando fijamente, serio y con mirada lasciva (la mas lasciva que jamás ha puesto) me dice: "El pie" Yo me quedo "Perdona? qué dices?" "El pie" me contesta él. Amigos/as de Forox, Me pidió ni corto ni perezoso que me "follase" (y cito textualmente) su pie. Lo primero que se me ocurre es pensar "Y cómo se hace eso????? " Más tarde descubrí que el acto de la estimulación del clítoris mediante el pie recibe el nombre de "Paja Birmana" .

Puede que os resulte algo asquerosillo pero si el hombre en cuestión os excita... os aseguro que esto puede alzaros al mismísimo 7º cielo

Mi pregunta es la siguiente: ¿Es algo mas usual de lo que pensamos? ¿Lo habéis experimentado alguna vez? ¿Qué os parece mas descabellado disfrutar desde la posición de él o la de ella? (ésto último en caso de pareceros descabellado claro)

Lo que una vez mas queda en evidencia es que cada uno vive la sexualidad como quiere y puede. Cada cuerpo es un mundo y la mente.... uf!! Esa ya ni te cuento. No olvidemos que el sexo está regido única y exclusivamente por la mente. El sexo es un canal de comunicación important´simo y por lo tanto como toda comunicación debe ser libre.

Bona nit!!!

[teo]

El "birmano" o "footjob" que se dice en inglés, es una práctica que interesa a un reducido grupo de hombres. La estimulación del pie, ya sea con masajes, caricias o besos, es muy placentera si se sabe trabajar ciertos puntos determinados. De todas formas, con 34 años se tiene acumulado mucho vicio aún, y se realiza cualquier actividad.

El "birmano" o "footjob" que se dice en inglés, es una práctica que interesa a un reducido grupo de hombres. La estimulación del pie, ya sea con masajes, caricias o besos, es muy placentera si se sabe trabajar ciertos puntos determinados. De todas formas, con 34 años se tiene acumulado mucho vicio aún, y se realiza cualquier actividad.

Es decir que el hombre también siente placer frotando su pie en un clítoris?? Ufffff... desde luego vicio es la palabra que resumiría la relación!

[manitú]

Es decir que el hombre también siente placer frotando su pie en un clítoris?? Ufffff... desde luego vicio es la palabra que resumiría la relación!

Yo lo probé una vez. Lo cierto es que la situación tenía cierto morbo. El morbo de lo inusual, el morbo del observador, el morbo de poder tener una relación con una distancia entre los dos poco frecuente...

Pero de ahí al placer, creo que para mi hay un gran trecho. Simplemente, morbo.

[icaro69]

En si encarnaba el espíritu del "Factor diferenciador" Su físico llamaba la atención y no por lo atractivo precisamente: Tenía un aspecto duro, impenetrable, distante, frío... todo apariencia pues en realidad era un ángel y yo sin quererlo he de confesar que no sé exactamente en qué momento empecé a morir por el!!

Del esófago y a través de la laringe sube esa punzada contraida en la boca del estómago. Los centros nerviosos se contraen, revolotean y segregan una sustancia invisible que nos recome la pusilánime fragua de los deseos incontrolables. Empezamos a morir por alguien en el momento que esa semilla del mal, del bien, ambivalente y osada se nos suministra con las dosis justas de control, posesión y dedicación. Al principio la idea nos atrae, luego el valor nos echa una mano y el resto es cuestión de un tiempo donde el pentragrama no lo dicta la aorta, sino el tímpano de las sienes. Se rompe esa barrera mundana de las formas, y lo rudo, denso, lejano y gélido se nos muestra abiertamente sugestivo; nos atrapa esa pasión por lo horrendo, por lo soez, por lo extraño....por lo que nos colma y atrapa abrasando y devastando lo que antes ejercíamos con la libertad de querer hacer. En ese momento, Laia, y por fortuna, temporalmente nos ponemos en manos del antojo o dominamos al ajeno corazón que en vilo se nos sirve sin fisuras, abierto. El límite, es esa frontera que nuestro cuerpo y nuestra mente disciernen y que casi siempre se rinde cuando la primera se apodera de la rutina destructiva de la segunda.

Existe la creencia que la sumisión es falta de autoestima y el flagelo la obra de la gracia que reprende. Nada más lejos, Laia, empezamos a nacer en el otro cuando morimos poco a poco en nostros mismos.

la sensación de la incertidumbre

Son las puertas magnéticas y enigmáticas hacia el estado de servidumbre.

La cara... esa cara que ponía... jamás la he encontrado en nadie ni en nada mas; Lo juro.

Casi puedo adivinarla. Transformada, lenguaraz, fuera de sí, agresiva y sudorosa de cera de sangre. Macerando esa desmedida y liviana fornicación carnal, Laia, intuyo que la electricidad se encanutaba en sondas astrales donde la incertidumbre daba lumbre al descifrar del mapa travieso y angosto de aquelarres, alquimia y transformismo. La persuasión de los guiones es casi tan excitante como el nirvana sin el roce de las grandes cabezas sexuales. Un átomo puede ser un roce, un arañaz, un síncope, una translación étera e incorpórea.... esa batalla de cuerpos, condona a que el rostro se desencaje de la faz de lo habitual..... no encontraste otro perfil porque el diablo se enmascara en la concha protectora de lo que todavía una parte de ti desea redescubrir, rescatar y rememorar.

sexo viciado

No hay nada viciado si no es contra tu voluntad. Más que viciado, consentido y nutritivo, hasta que la autodestrucción se desgañita al compás de querer no volver a catar. Catando, se nutre y fortalece. Aliméntandolo formas parte de su propio poder descontrolado y reajustando egoístamente.

El sexo es un canal de comunicación important´simo y por lo tanto como toda comunicación debe ser libre.

Y elegido libremente, tanto por quien otorga, ilustra y comparte como por quien asimila, contempla y encaja. Laia, esa complicidad consentida no inquieta tu líbido que de vez en cuando echa en falta, aquella sustancia que merodeaba por el resorte de lo que ahora una parte de ti recuerda...mientras tus muslos, tu plexo, tu boca reinventan los poros cerrados pero como señas inequívocas de que de vez en cuando los pies son nuestra propia huella impregnada en el regusto que se nos perdió por el recuerdo maligno y perverso ?¿....

A todos nos sucede, lo oscuro es tan nítido.

Existe la creencia que la sumisión es falta de autoestima y el flagelo la obra de la gracia que reprende. Nada más lejos, Laia, empezamos a nacer en el otro cuando morimos poco a poco en nostros mismos. [/i]

la sensación de la incertidumbre

Impresionante... una vez mas me dejas sin palabras; ¿siempre tienes la explicación perfecta para el más absoluto de mis misterios?

La cara... esa cara que ponía... jamás la he encontrado en nadie ni en nada mas; Lo juro.

[i]Casi puedo adivinarla. Transformada, lenguaraz, fuera de sí, agresiva y sudorosa de cera de sangre. Macerando esa desmedida y liviana fornicación carnal, Laia, intuyo que la electricidad se encanutaba en sondas astrales donde la incertidumbre daba lumbre al descifrar del mapa travieso y angosto de aquelarres, alquimia y transformismo.

sexo viciado

No encontraré jamás esa cara... pero esta descripción; de veras te digo que esa fué la cra que vi. Elimina el "casi" por que no la has adivinado; me has ayudado a poner nombre a todas y cada una de las expresiones que vi. De todas me quedo con "Lenguaraz" y "agresiva" No sabes como... .

No hay nada viciado si no es contra tu voluntad. Más que viciado, consentido y nutritivo, hasta que la autodestrucción se desgañita al compás de querer no volver a catar. Catando, se nutre y fortalece. Aliméntandolo formas parte de su propio poder descontrolado y reajustando egoístamente.

Tienes el poder de hacer de lo más lascivo lo más dulce.

Y elegido libremente, tanto por quien otorga, ilustra y comparte como por quien asimila, contempla y encaja. Laia, esa complicidad consentida no inquieta tu líbido que de vez en cuando echa en falta, aquella sustancia que merodeaba por el resorte de lo que ahora una parte de ti recuerda...mientras tus muslos, tu plexo, tu boca reinventan los poros cerrados pero como señas inequívocas de que de vez en cuando los pies son nuestra propia huella impregnada en el regusto que se nos perdió por el recuerdo maligno y perverso ?¿....

A todos nos sucede, lo oscuro es tan nítido.

Aix... el recuerdo, nuestra prisión!.

Buenas noches y muchísimas mas grácias por ponerle palabras a lo que yo misma he experimentado pero en estos meses me ha sido imposible verbalizar. Hoy tu, desde la distancia y lo has hecho.

De los tiempos desnudos amo el dulce recuerdo :
En dorar las estatuas complacíase Baco,
y el hombre y la mujer, con sana agilidad,
bajo el cielo clemente que les acariciaba
la salud de su noble máquina ejercitaban
poseyéndose sin engaño ni ansiedad....
A la santa juventud de gesto simple y dulce frente....

C. B.

Yo lo probé una vez. Lo cierto es que la situación tenía cierto morbo. El morbo de lo inusual, el morbo del observador, el morbo de poder tener una relación con una distancia entre los dos poco frecuente...

Pero de ahí al placer, creo que para mi hay un gran trecho. Simplemente, morbo.

el mismo morbo q pueda darte ver como una mujer se masturba con el pomo de una puerta, ... o aprovechando el centrifugado de la lavadora...?

ahhh imprescindible unos pies monos, q no de mono (baldrick) lo digo por q corre la foto de tus pies por ahí...
qué vaya tela!!!

[manitú]

el mismo morbo q pueda darte ver como una mujer se masturba con el pomo de una puerta, ... o aprovechando el centrifugado de la lavadora...?

mmmm

Me gustan estas ideas, me las apunto en el repertorio...

Aunque no se cuald e las dos es mejor. Ver la escena con el pomo de una puerta tiene su aquel.... pero casi que me quedo con la escena del centrifugado!!!

[icaro69]

Existe la creencia que la sumisión es falta de autoestima y el flagelo la obra de la gracia que reprende. Nada más lejos, Laia, empezamos a nacer en el otro cuando morimos poco a poco en nostros mismos. [/i]

la sensación de la incertidumbre

Impresionante... una vez mas me dejas sin palabras; ¿siempre tienes la explicación perfecta para el más absoluto de mis misterios?

La cara... esa cara que ponía... jamás la he encontrado en nadie ni en nada mas; Lo juro.

[i]Casi puedo adivinarla. Transformada, lenguaraz, fuera de sí, agresiva y sudorosa de cera de sangre. Macerando esa desmedida y liviana fornicación carnal, Laia, intuyo que la electricidad se encanutaba en sondas astrales donde la incertidumbre daba lumbre al descifrar del mapa travieso y angosto de aquelarres, alquimia y transformismo.

sexo viciado

No encontraré jamás esa cara... pero esta descripción; de veras te digo que esa fué la cra que vi. Elimina el "casi" por que no la has adivinado; me has ayudado a poner nombre a todas y cada una de las expresiones que vi. De todas me quedo con "Lenguaraz" y "agresiva" No sabes como... .

No hay nada viciado si no es contra tu voluntad. Más que viciado, consentido y nutritivo, hasta que la autodestrucción se desgañita al compás de querer no volver a catar. Catando, se nutre y fortalece. Aliméntandolo formas parte de su propio poder descontrolado y reajustando egoístamente.

Tienes el poder de hacer de lo más lascivo lo más dulce.

Y elegido libremente, tanto por quien otorga, ilustra y comparte como por quien asimila, contempla y encaja. Laia, esa complicidad consentida no inquieta tu líbido que de vez en cuando echa en falta, aquella sustancia que merodeaba por el resorte de lo que ahora una parte de ti recuerda...mientras tus muslos, tu plexo, tu boca reinventan los poros cerrados pero como señas inequívocas de que de vez en cuando los pies son nuestra propia huella impregnada en el regusto que se nos perdió por el recuerdo maligno y perverso ?¿....

A todos nos sucede, lo oscuro es tan nítido.

Aix... el recuerdo, nuestra prisión!.

Buenas noches y muchísimas mas grácias por ponerle palabras a lo que yo misma he experimentado pero en estos meses me ha sido imposible verbalizar. Hoy tu, desde la distancia y lo has hecho.

No ahondaré, Laia, en donde duele. A todos nos duelen, incluso los placeres más primitivos; las sesiones más golfas, los sentimientos más traicionadamente inconscientes.

Porque todos somos reos de nuestros miedos, y cicatriz descarnada de nuestra vida.

Basta con mirarnos a los ojos y saber perfectamente que existen imágenes que deseamos aniquilar, pero nuestro cerebro se empecina en colgarlas como cuadros enmarcados en aquellos largos pasillos sin puertas.... donde las sombras se esconden para desnudar cualquier atisbo de claridad.

En mi celda, las ventanas no tienen barrotes.

Y el camastro, es de jirones de las otras seis vidas.

Lo que me produce más placer es dormir bajo piedras. Y viéndole el culo, al amasijo de hierros enredados.

El orinal, de porcelana carcomida. Y seco.

Supongo que hablamos del mismo sitio, pero en otro lugar de nuestras mentes.

El corredor que da al jardín, no deja de estar separado por el gran paredón.

Seguro, que alguna noche escucharemos los sollozos y seguiremos escarbando hasta saber por donde fluye esa extraña agua.....que no concilia sueño alguno.