Grupo de amigos, mitad solteros, mitad con pareja. Pero esa noche, solos.

Cena, confesiones, charlas, risas, preguntas, respuestas............... En la mesa de al lado 3 señoritas. Ese tipo de mujer, que cuando uno conoce, piensa.................la más fea para mí.

Probablemente a la luz del día, recien levantadas, sean tan normales como nosotros. Pero esa noche, la ropa, el vino y tener "el guapo subido", las hacía muy interesantes.

No somos lo que podriamos considerar.........."tímidos", y viendo que andaban por los postres, le indicamos a uno de los camareros que les trajeran 3 copas de cava para ellas y el resto de la botella para nosotros. Brindan en la distancia, agradeciendo el gesto, mientras "cuchichean" entre ellas, señalando con las miradas cada uno de los comentarios dirigidos a nuestra mesa.

En ese mismo momento, ellas ya saben si va a pasar algo o no. Ventaja de ser mujer, saberse guapa y encima deseada. Entran en la conversación, en el debate de donde rebajar las calorias de la cena, en algun lugar de moda.

Cada grupo por separado llega al sitio elegido, pero ellas hacen la aparición estelar unos angustiantes 25 min. más tarde. Desde nuestra posición, dominamos con la vista, la entrada del local. Y a su paso firme, les siguen las miradas de unos cuantos asistentes del lugar.
Se detienen a nuestra altura, y nos entremezclamos con las presentaciones pertinentes. Hubiera preferido mantener los nombres en el anonimato. Se podría haber convertido en algo un poco más morboso.

Nos reimos bastante, bailamos mucho, bebimos con moderación para poder encadenar frases con cierta coherencia y no caer en el ridídulo. La noche estaba agotandose al mismo tiempo que el deseo iba "in crescendo".

-Mañana madrugo un poco. Deberia irme. (dijo ella, con la mirada clavada en mis labios).
-Preferiría agotar el tiempo un poco más, pero yo tambien madrugo.
-Si quieres, desayunamos juntos. Y despues nos vamos a dormir.
-Compro esa idea! (hubiera comprado un reloj del tiempo.............)

Nos despedimos del resto de los amigos, mientras ellos tambien plegaban velas, y recojian sus abrigos.

-Yo vivo cerca. Si quieres, puedes venir a casa y desayunamos allí.......

No percibí ninguna señal de que pudiera pasar nada más. Sonó sincera, agradable.

-Bien, vamos entonces.

Su piso lo recuerdo bonito, acojedor, muy ordenado. La luz entraba ya por las ventanas.

-Voy al baño y a ponerme algo más cómoda. Ahora vengo. Mira en la nevera, y coje lo que te apetezca.

Me dirijo a la cocina. Todo muy limpio. Abro la nevera, con algo de verguenza. Como esa sensación de abrir un diario de alguien que lo guarda celosamente. Siempre he tenido la sensación de que abrir la nevera de alguien, significaba tener mucha confianza.

Cojo un iogurt natural y azucarado. Me gustan mucho, y el estómago ya necesitaba recomponerse un poco. Busco una cucharilla, y apoyado en el mármol empiezo a degustarlo.

Ella aparece por la puerta de la cocina. Recien duchada. Con el pelo mojado y las gotas de agua cayendole por la piel. Por los pechos y los brazos. Por la cintura y las piernas. La imagen es altamente estimulante. No imaginaba que fuera tan delgada. Es muy guapa.

-Pensaba que ibamos a desayunar. (le digo sonriendo picaramente).
-Podemos desayunar despues.
-Espera que me acabe el iogurt. Me gustan mucho los azucarados.
-Veamos si puedes acabartelo................(me insinuó, mientras sus manos se perdian detrás de la espalda para desabrochar el sujetador...........)

Continuó..........pero no continuará.

Adeu (que venim^con la escena del iogurt)