Creo que ya ha llegado el momento que os cuente una pequeña historia.
Hace un tiempo que conocí a una chica, como y cuando ahora no importa.
Sé que, antes de conocernos, ella trabajó como escort durante un tiempo. Así me lo dijo.
Yo he ido de bellas damiselas, le contesté.
Nos casamos, es un decir, conociendo parte del pasado del otro y asumiendo que la parte que faltaba
seguramente no la conoceriamos nunca, o a lo mejor si. En aquel momento no nos importaba. A mi ahora tampoco.

Después de convivir durante un tiempo nos distanciamos. Los dos lo aceptamos, aunque yo a regañadientes.
No fue culpa de su pasado. Mi presente devoró al futuro común. Por lo menos quedó una amistad, que
no es poca cosa. De vez en cuando quedamos y hablamos. A veces, antes de tomar alguna decisión, lo consulto
con ella. Sin saberlo, eso creo, siempre me echa una mano. Su punto de vista es muy interesante.

Hace muy poco le pedí de quedar. Queria explicarle algo que hace dias me tiene preocupado. Accedió,
como casi siempre, a pesar de estar embarazada de su actual pareja. Cuando estaba cerca de la cafeteria donde
nos habíamos citado, y mientras cruzaba por un paso de cebra, un maldito coche le pasó por encima. El conductor
alegó que no la vió porque estaba cambiando el cd. Su falsa mirada le delató.

¿eras tu, pichabrava, quién conducía? ¿ibas hoy en coche? ¿irás mañana a comprarte un fantástico 4x4?

Va por ti, que tarde o temprano me leerás.