A mí me pasa como a algunas escorts: tengo tres carreras, hablo cinco idiomas (algunos con más gracia que otros, tengo que aclarar) y poseo un cuerpo magnífico y un rostro de perfección helénica. Y, sin embargo, desde que entré en este foro por primera vez no he dejado de visitarlo, incluso, como ahora, en condiciones poco favorables para conectar. De vez en cuando me he preguntado el porqué. ¿Es que no tengo amigos? No, no es eso; la verdad es que tengo más de los que puedo atender. ¿Ligo poco? Hombre, según se mire, pero, otra vez, la verdad es que no me puedo quejar ni de la cantidad ni de la calidad de los ligues pasados, presentes y espero que futuros. ¿Es que no trabajo? No, lo hago, lo llevo haciendo desde muy temprano, y además me va muy bien, más de lo que la falsa modestia me permite reconocer aquí y ahora…. ¿Entonces? ¿Qué hago yo aquí?
Pues no lo sé…
La verdad es que entré aquí en octubre pasado y desde entonces no he parado. Y lo curioso es que mucha de la información que encuentro aquí me sirve para poco. Por dos razones: primero porque cuando me gusta una escort y quiero ir con ella, pues voy, con independencia de lo que otros puedan haber opinado de ella, y segundo porque para mis gustos y presupuesto son habas contadas: un par de agencias en Barcelona y otro par en Madrid, además de cierto número más o menos limitado de independientes aquí o allá de las que ya se sabe todo. Para colmo, me muevo más en el extranjero que en el terruño. En conclusión: que yo información necesito poca.
Entonces, de nuevo, ¿qué coño haces tú aquí?
Pues que no lo sé, ya digo. Sólo sé que si paso un par de días sin entrar en el foro os empiezo a echar de menos. A algunos más que a otros, desde luego, pero a todos en general. ¿Hay cosas que no me interesan o me aburren o me parecen pueriles e inmaduras? Muchas, claro, como supongo que a otros les parecerán las mías alguna vez (por no decir todas). ¿Hay cosas que encuentro ofensivas, estúpidas o simplemente de mal gusto? A veces, como supongo que otros encontrarán las mías de vez en cuando, para mi verguenza. ¿Deberían marcharse esas personas que tanto me molestan, aburren, ofenden, etc.? ¿Debería marcharme yo? No sé; lo que yo hago en esos casos es que me voy a otro hilo, y ya está.
Y entonces siempre acabo encontrando algo que me hace sentirme bien, qué sé yo: una foto de Buick, un comentario críptico de Pepe-Martín, algo de Teenager, o de Osito, o de Cipotón, o de Gerundio, o de Ingols, o de Pegaso, o de JAC, o de Adrianus, o de Gomera, o de Reino, o de…, o de… Uff!!!!
¡Date, aquí está la clave!: que si sigo enumerando encuentro de repente un montón de gente que me gusta y que, cada uno a su manera, se parecen un poco a mí, que son un poco liberales como yo (por no decir golfos), que hablan de cosas de las que no puedo hablar en mi mundo “real”, porque muchos y muchas se escandalizarían. Encuentro un montón de gente con la que no tengo que justificarme, con la que no tengo que dar explicaciones de lo que hago o dejo de hacer con mi vida privada porque para ellos eso es algo connatural. Encuentro, en una palabra, un grupo de “amigos” y de “amigas” virtuales que (de repente me doy cuenta) casi lo son más que los “de verdad”, porque puedo compartir con ellos un aspecto fundamental de mi vida y, sobre todo, porque no me juzgan por ser como soy.
Claro que lamentablemente también encuentro otros que no me gustan, que ni son tan listos ni tan maduros ni tan modernos como yo. Y entonces, ¡maldita sea!, he de aceptar que esto no es mi club social privado, sino un foro, un espacio abierto y libre en el que, por definición, tienen cabida todos y todas, los que me gustan y los que no, los que dicen tonterías y los que siempre están acertados como yo. O sea: un lugar público que no está diseñado sólo para mí, sino para todo el mundo.
Y así es como llego a una definición negativa de por qué estoy aquí. No estoy aquí para alimentar mi ego, ni para que me den la razón en nada, ni para parecer más listo o más sabio, ni para dar lecciones a los demás, porque para todas esas cosas reales ya tengo ni mundo “real”. Si no me quedara más remedio que definirlo afirmativamente, supongo que tendría que decir que estoy aquí simplemente porque me encuentro cómodo entre gente que tiene en común conmigo un interés. Y, como valoro esto último mucho y no siento la necesidad de reafirmación, trato todo lo que puedo de comprender a los demás y procuro evitar los acostumbrados enfrentamientos que siempre se dan en todo grupo humano. Y si un día rompo esa regla y (como en cierto sentido estoy haciendo ahora) me decido a opinar con fuerza sobre algo, procuraré también no escandalizarme si se me responde con la misma contundencia. Y, desde luego, si alguna vez dejo de sentirme cómodo en este foro y decido marcharme, lo haré asumiendo mi decisión como propia, sin culpar a nadie y sin hacer sentirse mal a los demás.