Hoy, esta tarde, un deportista ha muerto.

Si el hecho ya es suficientemente doloroso por la edad del futbolista (22 años), por las imágenes tan duras que pudimos ver el sábado pasado y por como ha sucedido todo, lo es todavía más cuando te das cuenta que Antonio Puerta estava a punto de ser padre.

Alguien pensará que esto son las "putadas" de la vida. Que es el camino que cada un@ de nosotr@s tiene dibujado en algún lugar de este universo y que, para el pobre Antonio, este camino finalizaba mucho antes de lo normal. Puede que tengan algo de razón, pero, fríamente, me gustaría reflexionar:

- Una persona de 22 años jugando en un club de primera división, con controles médicos cada dos por tres, internacional y con toda una carrera deportiva por delante, ¿como puede acabar de esta manera?

- ¿Como puede alguien desvanecerse en el terreno de juego para pocos minutos después salir caminando como si nada (o casi nada) y luego caer de nuevo y ya no recuperarse más?

- No es el primero al que le ocurre algo parecido. Hemos visto imágenes en otras ocasiones de deportistas que caían fulminados y sin que nadie pudiera hacer nada para reanimarlos. Pero para el pobre Antonio ha sido diferente: ha "aguantado" tres días en un hospital. Nadie ha podido salvar su vida.

Hoy, mientras que para muchos será un día más en el cual nada importante habrá sucedido, para una familia será un día que no olvidarán jamás.

Descansa en paz, ANTONIO PUERTA. Desde aquí mando mi más profundo pésame a su familia y, por extensión, a todos los sevillistas y al mundo del deporte en general.