Tema: ES POSIBLE ENAMORARSE DE UNA ESCORT?

No hay nada como sentirse un champion para animarse a escribir un poquito.

No voy a hablar de sí es o no posible enamorarse de una escort, una de las más banales entre las banales preguntas, porque la respuesta es igualmente banal: sí, sin duda. Sobran los ejemplos, abundan los éxitos, los sentimientos correspondidos, y, como en todo amor, también los fracasos, pero los ejemplos, insisto, son legión.

Lo que me interesa es comentar esta aparente dicotomía absoluta entre fantasía y realidad. O quizás el motivo por el que tendemos a confundir lo irreal.

En mi opinión, tiene su origen en la poca lógica de nuestra vida, la vida del "ser supremo", de la criatura superior, cuanto menos de la más dotada de capacidad intelectual. Sinteticemos lo que es esta vida en la apabullante mayoría de los casos, una vez llegamos a la vida adulta, y, para hacer las cosas más simples, voy a referirme al más bobo de los géneros, o sea el masculino: trabajamos, contribuimos, un poquito, a procrear la especie, nos alimentamos, descansamos, envejecemos. Hasta aquí, como casi todas las bestias. Pero además, nos evadimos. Por una parte, consumiendo con poca consciencia el ocio standarizado y sus posibilidades: vacaciones, fútbol... sexo. Por otra, nuestros sentidos y sus conexiones nos permiten la evasión espontánea: reir, llorar, gozar, sufrir, soñar, admirar, paladear, catar, escuchar, cantar, incluso, en algún caso, intentamos comprender. Y de la evasión sensorial a la fantasía. Un paso. Contemplas las Meninas y crees que Velázquez te está mirando, porque te gustaría participar del momento y formar parte de toda la sublime belleza. Imagine, como decía el bueno de Lenon. Imagina y lo irreal copa el vacío agobiante de lo habitual.

Velázquez te conquista y lleva a su mundo virtual con una única mirada, o quizás no entraste por miedo a un beso de Mari Bárbola, o te asustase el desprecio que parece emanar de una Austria aún sólo con 5 años..., o sólo te gustase Isabel de Velasco, y a ella no le interesas: sólo vive y mira para la insolencia de la niña de 5 años.

Pero, un día, una mujer, a quien quizás incluso pagaste, te hará sentir besos, caricias y escolofríos reales. Y querrás entrar en su lienzo.

Imaginarás y te evadirás a la sublime fantasía que llena el horror vacuum de una vida decente, normal y moralmente irreprochable, de felicidad standard, hecha a medida de seres que no precisaban soñar.

Iniciado por oliba

No hay nada como sentirse un champion para animarse a escribir un poquito.

No voy a hablar de sí es o no posible enamorarse de una escort, una de las más banales entre las banales preguntas, porque la respuesta es igualmente banal: sí, sin duda. Sobran los ejemplos, abundan los éxitos, los sentimientos correspondidos, y, como en todo amor, también los fracasos, pero los ejemplos, insisto, son legión.

Lo que me interesa es comentar esta aparente dicotomía absoluta entre fantasía y realidad. O quizás el motivo por el que tendemos a confundir lo irreal.

En mi opinión, tiene su origen en la poca lógica de nuestra vida, la vida del "ser supremo", de la criatura superior, cuanto menos de la más dotada de capacidad intelectual. Sinteticemos lo que es esta vida en la apabullante mayoría de los casos, una vez llegamos a la vida adulta, y, para hacer las cosas más simples, voy a referirme al más bobo de los géneros, o sea el masculino: trabajamos, contribuimos, un poquito, a procrear la especie, nos alimentamos, descansamos, envejecemos. Hasta aquí, como casi todas las bestias. Pero además, nos evadimos. Por una parte, consumiendo con poca consciencia el ocio standarizado y sus posibilidades: vacaciones, fútbol... sexo. Por otra, nuestros sentidos y sus conexiones nos permiten la evasión espontánea: reir, llorar, gozar, sufrir, soñar, admirar, paladear, catar, escuchar, cantar, incluso, en algún caso, intentamos comprender. Y de la evasión sensorial a la fantasía. Un paso. Contemplas las Meninas y crees que Velázquez te está mirando, porque te gustaría participar del momento y formar parte de toda la sublime belleza. Imagine, como decía el bueno de Lenon. Imagina y lo irreal copa el vacío agobiante de lo habitual.

Velázquez te conquista y lleva a su mundo virtual con una única mirada, o quizás no entraste por miedo a un beso de Mari Bárbola, o te asustase el desprecio que parece emanar de una Austria aún sólo con 5 años..., o sólo te gustase Isabel de Velasco, y a ella no le interesas: sólo vive y mira para la insolencia de la niña de 5 años.

Pero, un día, una mujer, a quien quizás incluso pagaste, te hará sentir besos, caricias y escolofríos reales. Y querrás entrar en su lienzo.

Imaginarás y te evadirás a la sublime fantasía que llena el horror vacuum de una vida decente, normal y moralmente irreprochable, de felicidad standard, hecha a medida de seres que no precisaban soñar.

Eres un tipo al que alguno tildará de ambicioso, Oliba, y otros de pedante y engreído. Porque sin negar tu excelente ejercicio de estilo, apoyas y defiendes tu discurso en el que para mí es el mejor cuadro que jamás se haya construido. Construido, si, que no pintado, la pintura es solo una parte de él.

Muy estudiado, por ignorante poco puedo señalar. Salvo lo que ya es conocido y muy explicado, su impresionante, su magnífica arquitectura, como se juega con la ilusión de que el espectador participa del espacio, los reyes están fuera del cuadro, no aparecen salvo reflejados en el espejo, dicen que son los que realmente posan ante Velázquez, luego están tras el espectador al que integra, y ese plus de profundidad, las luces y sobras, las líneas horizontales, sencillamente, provocan que el cuadro absorba todo el espacio, tanto el del propio lienzo como el de la sala y los espectadores que lo admiran. Porque este cuadro no se ve, ni se mira, ni se observa, solo se admira. Velázquez debía ser, estoy seguro, un marciano, pues aún estando a la izquierda y recorrido de un primer vistazo el cuadro, consigue cuadrar el círculo, centra en su persona el plano. ¿Será acaso que Velázquez te mira y por ello te incorpora?

Y tú te has valido de ello. Has tenido la osadía de practicar el mismo juego y nos señalas que “……. un día, una mujer, a quien quizás incluso pagaste, te hará sentir besos, caricias y escalofríos reales. Y querrás entrar en su lienzo……………”. Es cierto. Tanta ilusión puede sentirse admirando el cuadro como la de tener al lado una hermosa dama que tiene el aguante de soportarnos. Y como en el cuadro que señalas, nos invita a disfrutar y participar. Y como en el cuadro que señalas, a entrar en el lienzo. Y como en el cuadro que señalas, a entender que estás en la escena, pero que tú no eres ninguno de los personajes de la composición, eres un simple pero afortunado invitado, medie o no precio. Es una fantasía, una ilusión. Y eso nunca puede variarse, nunca, en eso soy absoluto, salvo que acuerdes la realización de un nuevo cuadro y, por ello, una nueva composición.

Si, de contrario a los que opinan que compadreamos en exceso, hoy soy de los que creen tras lo que has escrito que eres un pedante, un ambicioso y un engreído. Pero mi opinión no vale nada, porque está vez se fundamenta en la envidia. En la más pura, concentrada, única, cochina y rastrera de las envidias. Me has hecho sentir una malsana y sucia envidia por cómo has utilizado las ideas y la pluma. Sólo me consuela que sea deporte nacional y yo el mejor de los aficionados. Y el placer de leerte.

Creo que ambos necesitamos un psiquiatra. O se nos va la pinza con la pedantería.

Lo que necesitais ambos, Gerundio y Oliba es un psiquiatra, pero que sea cabrón. Y que os saque toda la pasta....

Igual asi dejabais de ir con señoritas que fuman...

Iniciado por osito58

Lo que necesitais ambos, Gerundio y Oliba es un psiquiatra, pero que sea cabrón. Y que os saque toda la pasta....

Igual asi dejabais de ir con señoritas que fuman...

Tú a lo tuyo...pon más manteca al bollo.

Iniciado por Gerundio

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Eres un tipo al que alguno tildará de ambicioso, Oliba, y otros de pedante y engreído. Porque sin negar tu excelente ejercicio de estilo, apoyas y defiendes tu discurso en el que para mí es el mejor cuadro que jamás se haya construido. Construido, si, que no pintado, la pintura es solo una parte de él.

Muy estudiado, por ignorante poco puedo señalar. Salvo lo que ya es conocido y muy explicado, su impresionante, su magnífica arquitectura, como se juega con la ilusión de que el espectador participa del espacio, los reyes están fuera del cuadro, no aparecen salvo reflejados en el espejo, dicen que son los que realmente posan ante Velázquez, luego están tras el espectador al que integra, y ese plus de profundidad, las luces y sobras, las líneas horizontales, sencillamente, provocan que el cuadro absorba todo el espacio, tanto el del propio lienzo como el de la sala y los espectadores que lo admiran. Porque este cuadro no se ve, ni se mira, ni se observa, solo se admira. Velázquez debía ser, estoy seguro, un marciano, pues aún estando a la izquierda y recorrido de un primer vistazo el cuadro, consigue cuadrar el círculo, centra en su persona el plano. ¿Será acaso que Velázquez te mira y por ello te incorpora?

Y tú te has valido de ello. Has tenido la osadía de practicar el mismo juego y nos señalas que “……. un día, una mujer, a quien quizás incluso pagaste, te hará sentir besos, caricias y escalofríos reales. Y querrás entrar en su lienzo……………”. Es cierto. Tanta ilusión puede sentirse admirando el cuadro como la de tener al lado una hermosa dama que tiene el aguante de soportarnos. Y como en el cuadro que señalas, nos invita a disfrutar y participar. Y como en el cuadro que señalas, a entrar en el lienzo. Y como en el cuadro que señalas, a entender que estás en la escena, pero que tú no eres ninguno de los personajes de la composición, eres un simple pero afortunado invitado, medie o no precio. Es una fantasía, una ilusión. Y eso nunca puede variarse, nunca, en eso soy absoluto, salvo que acuerdes la realización de un nuevo cuadro y, por ello, una nueva composición.

Si, de contrario a los que opinan que compadreamos en exceso, hoy soy de los que creen tras lo que has escrito que eres un pedante, un ambicioso y un engreído. Pero mi opinión no vale nada, porque está vez se fundamenta en la envidia. En la más pura, concentrada, única, cochina y rastrera de las envidias. Me has hecho sentir una malsana y sucia envidia por cómo has utilizado las ideas y la pluma. Sólo me consuela que sea deporte nacional y yo el mejor de los aficionados. Y el placer de leerte.

Creo que ambos necesitamos un psiquiatra. O se nos va la pinza con la pedantería.

Gerundio, no te apropies de la envidia, Déjame compartirla. Al menos un ratito, la necesito después de leerte. Siempre,

Hace tiempo leí una novela seguramente tonta , muy tonta . Era una novela, onírica, de pretendida intriga histórica, con modernísimos medios de investigación que harían empalidecer a los del CSI. Se recreaba el asesinato de no se que Valido o que Scretario de Valido o amante de Regia Favorita o yo que sé. Pero debía ser en tiempos de la família del Felipe IV, porque, al fin, todo el misterio se desvanecía, cuando el investigador, con no se que dispositivo de física cuántica, entraba en el cuadro, hablaba con los personajes, notaba incluso el crujido de las sedas de la Margarita insolente, el goteo del búcaro de la poción antiobstructiva que le sirve la menina Sarmiento, el gruñido del mastín bruscamente desvelado por el enano...

El investigador culminaba su ilusión, lanzaba una mirada fugaz al culo de la menina de Velasco, y volvía, sin una mota de polvo

Seguramente Carvalho habría quemado el libro. Al bueno de Pepe, creo y confío todavía, lo emularé este fin de semana, gastronómicamente, aún cuando en lo de los libros disienta. Yo los conservo, aún olvidados, por respeto al polvo. El polvo encuentra en el libro su mejor hábitat, y merece la pena conservarlo, porque nunca se sabe si es polvo un día fue el mismo Don Diego.

El polvo, que no los polvos, aunque también, me merece respeto. Pero asusta cuando escapa del libro. Y así se enmascaran tintes originales y pinceladas sublimes, porque, con humedad, que aunque sea otro tipo de polvo se lleva bien con ella, se adhiere a los personajes del lienzo. Y al fin todo queda hecho una birria, nada que ver con el ideal original. Y llega el restaurador patrocinado por la marca que necesita brillantes colores. Y aquel misterioso desenfoque se convierte en un triubuto a la hiperrealidad, aquel esbozo en un trazo marcado... y nadie sabe el porqué, pero en lugar de la cruz de Santiago, el pecho de Velázquez quizás luzca una vistosa M amarilla sobre fondo rojo... Y así hasta la siguiente restauración, en que desaparecerán quizás trazos y volverán sfumatos y penumbras... y curiosamente, el reflejo en el espejo, el atolondrado monarca, cambiará sus rasgos y se parecerá, tremendamente, al fundador de los cereales de desayuno... mientras Velázquez perderá su M amarilla, tan alegre, y, en su lugar, aparecerá una K, creo que cursiva, no puedo precisar de que color.... ni me interesa, sinceramente.

Protagonistas, polvo y sucesivas restauraciones para limpiarlo, hasta que el lienzo en el que te pintaron de protagonista ya no se parece en nada al original.... NI tu tampoco. Ni reconoces a esa hermosa mujer que, cuando te besaba la nuca, parecía arrancarte el espinazo... En cambio, en el sueño no hay polvo, y si lo hay es de los del otro tipo, buff de esos muchísimos y uno detrás de otro, Gerundio. Ni alergia ni suciedad. Se respira bien en los sueños. Y, mientras duran, parecen no tener fin. Quizás soñar estar en ese lienzo, al fin, sea lo más acertado.

No dudo, Gerundio, que podemos compartir mucho más de lo que compartimos. Por ejemplo Psiquiatra. Seguro que encontramos uno especialista en dementes pedantes. Bueno, la completa formación y especialización requerida sería, exactamente: "Doctor en Psiquiatría especialista en Pedantes que hablan de chorradas en un foro de sexo quizás porque no se les levanta desde la primavera de 1974". Si encuentras un psiquiatra con tres balcones donde colgar el letrero de reclamo, será ese. Avísame y nos certificamos mutuamente pedantería y, al menos en este nuevo compartir, vamos a la vez y pedimos descuento.

Igual nos curan... pero, ¿estás seguro que, sanados, continuaremos soñañdo?

Iniciado por osito58

Lo que necesitais ambos, Gerundio y Oliba es un psiquiatra, pero que sea cabrón. Y que os saque toda la pasta....

Igual asi dejabais de ir con señoritas que fuman...

¡No me jodas, Osito!

Que si voy con señoritas que fuman (y que no fuman también) es precisamente por recomendación del psiquiatra. Le comenté lo que soy, un tipo viejo, cansado, con cara de idiota, gordo, bajo, feo, calvo, desastrado, soso, analfabeto, tonto, grosero, y en la cama un autentico desastre.

Y me recomendó las jovencitas, las señoritas, las señoras, las damas e, incluso, por si me iba el bestialismo, un par de cuarteles de la legión donde todavía cuidan cabras de aspecto decente. Ya te presenté una. Y su argumento me convenció: “Por si no existe el limbo y el cielo”. Y añadió: “Le dirán tantas lindezas que ya sabe, de tanto reiterar se lo creerá, a mi me pasó lo mismo”.

Y tenía razón el tipo. Aquí estoy, tan pancho y tan pinxo, hasta me veo con melena, eso sí, modelo culo de mandril. Y, además, sorpréndete Osito, hasta la iglesia le va dando la razón que, de momento, ya han eliminado el limbo, por timo, falso e inexistente. Y, estoy seguro, de aquí a unos años, le tocará seguir al cielo, con lo que coincidirás que solo unos poco habremos vivido lo más aproximado a ello, Oliba y un servidor (hasta los musulmanes han rebajado el número de vírgenes en su cielo de 7 a 3, la crisis aprieta). Del infierno ya hablaremos, que en el último concilio se planteo la existencia de una zona vip, lo que no deja de ser un puntazo.

Místico, hoy me encuentro místico.

Iniciado por oliba

..................... El polvo, que no los polvos, aunque también, me merece respeto. Pero asusta cuando escapa del libro. Y así se enmascaran tintes originales y pinceladas sublimes, porque, con humedad, que aunque sea otro tipo de polvo se lleva bien con ella, se adhiere a los personajes del lienzo. Y al fin todo queda hecho una birria, nada que ver con el ideal original. Y llega el restaurador patrocinado por la marca que necesita brillantes colores. Y aquel misterioso desenfoque se convierte en un triubuto a la hiperrealidad, aquel esbozo en un trazo marcado... y nadie sabe el porqué, pero en lugar de la cruz de Santiago, el pecho de Velázquez quizás luzca una vistosa M amarilla sobre fondo rojo... Y así hasta la siguiente restauración, en que desaparecerán quizás trazos y volverán sfumatos y penumbras... y curiosamente, el reflejo en el espejo, el atolondrado monarca, cambiará sus rasgos y se parecerá, tremendamente, al fundador de los cereales de desayuno... mientras Velázquez perderá su M amarilla, tan alegre, y, en su lugar, aparecerá una K, creo que cursiva, no puedo precisar de que color.... ni me interesa, sinceramente.

Protagonistas, polvo y sucesivas restauraciones para limpiarlo, hasta que el lienzo en el que te pintaron de protagonista ya no se parece en nada al original.... NI tu tampoco. Ni reconoces a esa hermosa mujer que, cuando te besaba la nuca, parecía arrancarte el espinazo... En cambio, en el sueño no hay polvo, y si lo hay es de los del otro tipo, buff de esos muchísimos y uno detrás de otro, Gerundio. Ni alergia ni suciedad. Se respira bien en los sueños. Y, mientras duran, parecen no tener fin. Quizás soñar estar en ese lienzo, al fin, sea lo más acertado.

No dudo, Gerundio, que podemos compartir mucho más de lo que compartimos. Por ejemplo Psiquiatra. Seguro que encontramos uno especialista en dementes pedantes. Bueno, la completa formación y especialización requerida sería, exactamente: "Doctor en Psiquiatría especialista en Pedantes que hablan de chorradas en un foro de sexo quizás porque no se les levanta desde la primavera de 1974". Si encuentras un psiquiatra con tres balcones donde colgar el letrero de reclamo, será ese. Avísame y nos certificamos mutuamente pedantería y, al menos en este nuevo compartir, vamos a la vez y pedimos descuento.

Igual nos curan... pero, ¿estás seguro que, sanados, continuaremos soñañdo?

Seré breve, que al final me tomarán por lo que realmente soy, un imbécil bien disfrazado.

He copiado lo que a mis pocas luces interesa. Y es curioso, no sé si ha sido tu objetivo, que uno es alma cándida y poco experto en trajines de sentimientos de personas de tu calaña, auténticos degenerados, pero es una buena alegoría a aplicar a los que pululamos por este foro. Yo el primero, que ir de noblote con mis ocultos y negros sentimientos (¿no me había tildado de cándido?) es algo se supera lo ridículo.

Es lo que parece. De tanto restaurar, de tanto restaurarnos, llega un punto que no sabemos ni quienes son ni lo que somos, porque ni nosotros mismos nos reconocemos. Y si a ello unes el disfraz, el asunto se complica. Pero a eso jugamos todos. Unos mejor que otros.

Pero hay excepciones. Conozco a una restauradora que cuando trata al actor, solo cuida, mima, acaricia y da esplendor, como le gustaría a la Real Academia, a los sueños y fantasías del personaje y estos no desmerecen nunca. La pura perfección. Pero ya te lo he dicho, son solo excepciones y, por ello, a cuidar.

En cuanto al psiquiatra especialista en dementes pedantes y creídos conozco a uno. Le he pedido hora pero me ha señalado que tiene lleno los próximos años y que se traslada a vivir a Madrid, ciudad en la que residen la totalidad de sus pacientes. Me he molestado pues considero que es el mejor en estos asuntos, y te lo pruebo de inmediato, es el Doctor Valdano. Lo mismo lo echan en unas semanas y nos vuelve a atender. Pero no te animes, yo creo que tiene trabajo para mucho rato.

Y si, Oliba, naturalmente, ¡pues claro que un tipo sano continúa soñando! Hasta me he cabreado por la pregunta. ¿O crees que yo soy un tarado como tú?

Permitidme que cambie de tercio y pase a responder a la pregunta que se plantea en este hilo. Para ello voy a dejar de lado por unos instantes el personaje y voy a dejar fluir la persona que vivió una apasionada historia de amor, mejor escrito Amor, con una escort. Una historia de Amor, no de enamoramiento, más alejada aún de un encoñamiento y para más datos: Amor correspondido. Lo hago a riesgo de que acabe pareciendo patético, tonto, o gilipollas se mire por donde se mire, pero cuando se plantea cíclicamente esta cuestión, todos nos hacemos los locos, como si no nos hubiera pasado, y sin tener en cuenta que alguien puede estar viviendo esa experiencia y lanza esta pregunta para recibir ayuda, o consuelo.

Sin máscara y a corazón abierto, ahí va.

Corrían los años 2004-2005, hace ya el suficiente tiempo como para pensar en ello con la frialdad que el tiempo y la desaparición de los componentes pasionales que podría distorsionar la realidad de los acontecimientos. Mi matrimonio sano, correcto, hasta feliz pero... pero, digamos que por circunstancias del entorno, con un cierto alejamiento. Leve alejamiento pero cierto, aquella sensación de que no te apetece volver a casa, no por tu mujer o tus hijos; por el “entorno”, ese entorno que acaba controlando tu vida, que puede hasta conseguir que lo que hasta ahora es gratificante y apetecible, se convierta en insulso. Tampoco me apetecía ir con los amigos de copas, ni me gusta emborracharme ni convertirme en pañuelo de nadie. Así que... a buscar una válvula de escape. Un par de veces al mes, una Reunión que se alarga más de la cuenta y a empezar ese peregrinaje sobre la extensa oferta de señoritas. Grandes recuerdos y alguna que otra sensación de que me tomaban el pelo, es la vida de todo putero. Frecuentaba Agencias, no me preguntéis porqué, pero en aquella época me sentía más seguro en este tipo de servicios.

Y la vida aventurera me llevó a ella. Ya en el primer encuentro viví sensaciones diferentes. Soy enamoradizo pero aquella vez hubo “algo más”. Algo que me llegó al corazón y sobrepasó las expectativas de la cita soñada. Una extraña sensación difícil de explicar y mono... un mono increíble que me hizo durante un tiempo, desear constantemente volver a estar con ella. Gozar de su compañía, y no precisamente por sexo, volver a percibir ese “algo más”, el acariciar sus cabellos, el ver su mirada, el pasear abrazados como novios... “algo más” en definitiva y no precisamente algo corporal; algo que surge de dentro y a lo que no puedes poner freno. Algunos de los que tengan la paciencia de leerme me entenderán. Los más me tomarán por un enamoradizo en manos de una hábil profesional. Nada más lejos de la realidad.

Y de tanto repetir y de tan buen rollo, decidimos pasar de la Agencia. Primera mejora económica; ella percibe sus honorarios y yo me ahorro un pico. Móvil particular, mail y... esa necesidad de comunicarnos a diario, de llamarnos una vez a la semana, de... necesitarnos. Hasta aquí, durante un tiempo una relación aparente de cliente-escort, con buen rollo. Mails morbosillos y juegos de niños. Pero la situación va a más, cada vez nos conocemos más como personas. Sin ser conscientes, empezamos un extraño juego de sentimientos. Yo de ver en esa chica treintañera, con trabajo estable y que nunca pude o quise entender porqué se dedicaba a “esto”, a una mujer llena de buenos sentimientos, llena de humanidad, necesitada de cariño, de mi cariño. Y ella dejó de ver en mí al hombre casado que buscaba algún que otro desahogo, bien físico, bien espiritual y descubrir en mí la persona. Poco a poco, como quien no quiere la cosa, nos abrimos el corazón, nos enamoramos, nos necesitábamos... NOS AMABAMOS. A partir de un momento desapareció la prestación económica. El sexo, cuando existía, que no siempre, era la sublimación de esos sentimientos intensos que ardían en nuestro interior.

Tal vez la inseguridad, quizá los celos. Sí celos porque cuando quieres a alguien así, lo quiere para ti solo y nunca llevas bien el compartirlo con otros, nacen en tu interior. Pasas del sufrimiento por el riesgo que corre cuando va con un cliente desconocido, al dolor cuando eres consciente de que lo está pasando mal, a los celos más horribles cuando sabes que está con un cliente habitual con el que tiene muy buen rollo. Total, que vaya con quien vaya, te jode, ¡y de que forma te jode! A veces vas paseando por la calle y ves un hombre horroroso y piensas que pagando puede yacer con la mujer que tú tanto amas y que ella le dará todos sus tesoros... y jode. ¡vaya si jode!

Noches sin dormir pensando en ella. Unas ansiando estar con ella. Otras pensando que es una locura y que debes cortar por lo sano. Y otras, unas cuantas, retorciendo sus palabras para hallar en ellas alguna mentira que te permita demostrarle que eres un gran tío y que ella con sus falsedades lo ha estropeado todo...

Tú estás deseando que lo deje, pero por respeto, ¿respeto?, ¿falso respeto?, ¿cobardía?, ¿saber que si da ese paso el siguiente ha de ser tuyo?... por lo que sea, nunca te atreves a proponérselo. Y te vas quemando poco a poco, o rápido, rápido, quien sabe. Y ella que lo nota, para salvar esa relación, empieza a callarse cosas, a no explicarte toda la verdad. Y como la conoces lo notas. Palabras que antes te encandilaban ahora te escaman... cariño, guapo, cielo, amor mío, te quiero, te amo...¿ me lo dice sólo a mí? o ¿se lo dice también a los otros para fidelizarlos?. ¿soy el único a quien ama o juega varias cartas a la vez?... Cuando nacen las dudas, cuando se abre una brecha, el amor se resiente y en este oficio el amante es consciente de que está jugando con fuego. Que siempre puede aparecer uno más guapo, más simpático, más rico, más extraordinario, mejor follador.... lo que sea, pero sabes en quien has depositado tus sentimientos y los riesgos que comporta su profesión. Entre ellos destaca el conocer a muchos hombres que te pueden hacer sombra.... Inseguridad, pura y llana inseguridad, pero en este terreno estamos jugando el partido.

¿Y tú? Sí tu putero de pacotilla... ¿estarías dispuesto a abandonar todo lo que tienes para iniciar una nueva vida?. ¿Tienes suficiente seguridad en vuestro amor como para intuir que ella será capaz de renunciar a ciertas ostentaciones y tú colmarla con tanto amor como para que no las añore? ¿Tendrás suficiente aguante como para pasear con ella y cuando un viejo se la mire, no sientas en ti el odio de que tal vez alguna vez ella fue suya?

¿Se puede uno enamorar de una escort? Se puede ¡y tanto que se puede! Hay mujeres maravillosas, con una humanidad increíble y que enamorarían al alma más vetusta.

¿Se puede enamorar una escort de un cliente? Se puede, a pesar de que cuando contemplamos sus fotos, o tenemos una cita corta no tenemos opción a profundizar mucho en su corazón, os aseguro que lo tienen. Algunas mil veces mayor que el mejor de nosotros.

¿Se debe?.... Yo no fui lo suficientemente valiente para llegar a dar respuesta empírica a esta pregunta. Fui cobarde para cambiar mi vida, fui celoso para aceptar la situación, fui duro e inhumano con una persona, que ahora con el paso del tiempo, sé que me amó y me dio a mí algo que ni se compra ni se vende, y no supe o no quise entenderlo.

Ahora, perdonad, vuelvo a ponerme la máscara para seguir en este Carnaval de extraños personajes.

Cipoton,

No solamente lo he leído entero sino que lo he hecho hasta tres veces.

Y tengo que felicitarte por todo lo que has escrito.

Me parece magistral este párrafo en particular:

.... Yo no fui lo suficientemente valiente para llegar a dar respuesta empírica a esta pregunta. Fui cobarde para cambiar mi vida, fui celoso para aceptar la situación, fui duro e inhumano con una persona, que ahora con el paso del tiempo, sé que me amó y me dio a mí algo que ni se compra ni se vende, y no supe o no quise entenderlo.

En mi opinión, probablemente sesgada porque viene de la otra orilla , este tuyo es uno de los posts más lúcidos, sinceros y valientes que he leído desde que deambulo por estos foros (no de Dios, sino del Diablo ).

Creo que más de uno suscribiría punto por punto, coma por coma, letra por letra, todo lo que has escrito.

Tengo tres preguntas para tí que si quieres me contestas:

1) Cuánto duró la historia?.

2) Por qué se rompió?.

3) Te arrepientes, desde la perspectiva de estos cuatro años pasados y, sobre todo, de cómo ha sido desde entonces tu vida sin ella, de no haber dado el paso y haber formalizado la relación?


Perdona si estoy siendo demasiado inquisitiva y/o descarada. Para nada es mi intención.

1) Cuánto duró la historia?.

La historia en serio de Octubre 2004 hasta Septiembre 2005 (once meses y algún día)

2) Por qué se rompió?.

Por un motivo... o por mil. Quizá, para resumir por mi cobardía para dar el paso definitivo y poner las cartas boca arriba. Por falta de capacidad de distinguir que los otros tenían su tiempo y yo su Amor. Por celos, por inseguridad, por dudas, por....

También has de tener en cuenta que mi mujer notaba que me perdía y se empleó a fondo en recuperar esa relación que estaba siendo afectada por "causas ajenas a nuestra voluntad"

3) Te arrepientes, desde la perspectiva de estos cuatro años pasados y, sobre todo, de cómo ha sido desde entonces tu vida sin ella, de no haber dado el paso y haber formalizado la relación?

No, en absoluto me arrepiento ya que a día de hoy, soy feliz y desconozco donde podría haber llegado si hubiera dado el paso. Supongo que habría asumido los mismos riesgos que en cualquier relación nueva. Pero como me va muy bien, creo que acerté.

Pero de una cosa sí me arrepiento. De haber hecho sufrir a una persona que me amaba por culpa de mi inseguridad. Que nunca comprendió los motivos que aduje para cortar en seco, no eran razonables, ni entendibles. Nunca debí explicarle que no volvería a verla ni a hablar con ella porque estaba convencido de que había estado jugando conmigo, después de lo que llegó a darme. Creo que en homenaje al amor que vivimos, nunca debí dejarle tan pobre sensación.