Laia Roca o el árbol del edén

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1 01/2013
Cal I Gula
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Barcelona

Apartamento por horas8
Duración75 minutos
Precio300
PechoTuneado
FumadoraNo lo sé
BesosBesa con lengua
FrancésSin
GriegoNo lo sé

 

El invierno, el frío,... el bosque se vuelve oscuro, triste... las sombras aparecen en cada rincón, en el interior sientes un frío que te cala hasta los huesos... entonces cierras los ojos, los aprietas bien fuerte, y sueñas en trasladarte al paraíso, a otro lugar, ese lugar que todos tenemos en el corazón... y ese lugar, lugar buscado, deseado, preciado...lo encontré en Laia Roca o, como la voy a llamar a partir de ahora, "el árbol del edén", esto es lo que ocurrió:

.....

Después de varios correos concretamos quedar una tarde en un apartamento por horas. Para concretar el lugar y hora llamé a Laia. Tuve el placer de escuchar su voz,... desde ese mismo instante me gusto, no solo su voz, sino también su forma de hablar, su carácter, su jovialidad, su alegría,...
La estaba esperando en la habitación, nervioso y, al mismo tiempo, impaciente. Cuando no conoces a alguien la primera impresión es la que cuenta, y en ese instante puede pasar de todo, puedes caer en una gran decepción o puede superar tus propias expectativas.

Sonó la puerta, abrí.. y milagro.. allí estaba ella... Elegante, atractiva, guapa, sexy... con una sonrisa perfecta,... entró... nos sentamos en la cama y empezamos a charlar, cada palabra hacía pequeña la anterior. Llevaba un vestido corto, llegaba justo por encima de las rodillas, al sentarse se podían observar sus bonitas piernas, al mismo tiempo el vestido era ajustado y daba forma a un escote contundente,... pero lo que no podía dejar de mirar era su precioso rostro... ojos caramelo, labios carnoso, nariz de niña mala, pelo suave, liso, sedoso... una cara dulce y sexy al mismo tiempo. En ese mismo instante me dí cuenta que estaba perdido, que ya me había ganado, que ya no me la quitaría de la cabeza. Y además es simpática, alegre,... charlando me sentí como en casa, distendido, contento de poder estar con ella,... y después de unos minutos conociéndonos se acercó a mí, se sentó encima de mis piernas y empezamos a besarnos, primero suavemente, luego apasionadamente.

Con mis manos dibujaba lentamente las curvas de su cuerpo, mientras tanto nuestros labios libraban una batalla de besos. Deslicé suavemente mis manos por debajo de su vestido subiendo por sus piernas, descifrando con el tacto las formas de su delicado cuerpo. Se apartó un instante se quitó el vestido rápidamente y volvió a su posición anterior. Su cuerpo se mostraba, por fin, en todo su esplendor... unas piernas largas, hermosas, contorneadas, unos pechos perfectos, ni grandes ni pequeños,... apretaba mi cabeza entre ellos saboreando su piel, su delicadeza, su dulzura.

Pasados unos minutos estábamos los dos desnudos en la cama, poco a poco nos habíamos quitado la ropa, lentamente, pues no dejábamos de besarnos. Intentaba recorrer su cuerpo con mis manos, con mis ojos, disfrutar de una persona especial, de una maravilla de la naturaleza. No pude evitarlo, necesitaba besar todo su cuerpo, y poco a poco fui saboreándolo hasta llegar a su jardín secreto,... dulce manjar, fruta prohibida... me sentí Adán en el paraíso, sucumbiendo a los encantos de Eva en el edén. Sucumbí a ese sabor, a ese caramelo,.... ella gemía, se contorneaba  me apretaba,... con mis manos acariciaba sus labios, sus pechos... finalmente gritó, le tape la boca con mi mano, y el alarido se hizo más agudo, retumbaba en su interior,... el eco del placer, su cuerpo se convirtió en un instrumento musical perfecto, música de los dioses para mis oídos.

Se inclinó hacia mí, me estiró y me convirtió en su juguete, se volvió felina, caliente, me besó, me lamió,... me deleitó con un francés de matrícula de honor... cuando creía que iba a explotar, paraba, me miraba con mirada maligna y me decía en voz baja - "Aún no, aún no" - entonces empezaba otra vez todo el ritual, me volví loco de placer. La cogía del pelo, la apretaba fuerte contra mí, mi pene desaparecía una y otra vez entre sus labios. Paró un momento y me enfundó con sus labios, aquello era puro vicio y placer... me miró se acercó a mí, me besó y entonces entré dentro de ella. El placer era inmenso, se movía, la paraba, se volvía a mover en otra posición aún más placentera... era un títere en sus manos. Entonces tomé las riendas, la estiré en la cama y la hice mía, cada vez más fuerte, cada más visceral... los gemidos se volvieron en palabras que no puedo reproducir, las manos no eran suficientes para saborear aquel momento,... diversas posiciones, diversas formas, ... pero el mismo deseo, el mismo fin, el placer eterno. Volvió a gritar, volvió a gemir, estiró las piernas, se contorneó aún más fuerte y finalmente..... sonrió.

Me estiró, me susurró - "ahora te toca a ti  - y abrió la caja de las esencias para darme todo el placer que tuviera. No sé explicarme, no puedo explicarlo, solo puedo decir que floté, volé y subí por unos instantes al cielo.

Los dos desnudos en la cama, saboreando el momento, estuvimos charlando sobre nosotros, sobre todo y nada al mismo tiempo, sobre sueños y realidades, ... parecía que hacía tiempo que nos conocíamos, quizás el tiempo no importe, apenas unos minutos después de conocernos nos encontrábamos hablando de nosotros con total naturalidad. Si el sexo fue sublime, el después fue mejor... estaba abrazado a ella, besando su cuello, acariciando su cuerpo, gravando en mi cerebro aquel momento de mi vida, para recordarlo eternamente.

Nos vestimos, seguimos charlando, contándonos anécdotas, como intentando aprovechar cada segundo... justo antes de que nos despidiéramos sentí la necesidad de besarla, fueron tres largos besos, fue la mejor despedida posible.

.....

La noche ya había caído, pero esa noche ya era especial, no era fría ni oscura, una luz en la lejanía, un calor en mi interior,.... me alejé lentamente del árbol del edén y mientras caminaba por el bosque iba recordando cada momento, maldito tiempo, pasó todo tan rápido o fue todo tan intenso, fue un sueño o fue real... no importa ya nunca lo podré olvidar.