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Un despertar con Ginebra...
Los primeros rayos de sol entraban traviesos buscando el cuerpo joven y todavía dormido de Ginebra; acariciaban su suave piel haciendo que ella se despertase.
El todavía dormía y en ella crecía el deseo de revivir la noche anterior... que ganas tenia de despertarlo.
Las piernas aun le temblaban, el le había hecho sentir realmente deseada, tan galante, tan atento,como siempre. Su cuerpo embriagado de seducción y placer había experimentado sensaciones que le habían hecho perder la noción del tiempo y del espacio.
Ahora lo miraba, desnudo, acarició su espalda suavemente, se empezaba a despertar....
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Besos
Ana LeMáx