Estuve con ella. Su servicio me gustó mucho, pero no así su físico, una vez pasamos del sofá a la cama. Por algo se dice "de gustibus non est disputandum".
Estuve con ella. Su servicio me gustó mucho, pero no así su físico, una vez pasamos del sofá a la cama. Por algo se dice "de gustibus non est disputandum".
Y no varía. Lo que sucede es que pierde ropa: mientras que en el sofa se limitó a descubrirse los pechos, en la cama quedó totalmente desnuda. En el sofá veía una parte limitada de su anatomia, y jugaba con el resto, en la cama no había lugar para la imaginación.
Es posible que el culo brasileño no me acabe de gustar.