Cita Iniciado por icaro69
Seguro que mientras te tocaba el culo, y los cojones...la viste.

Mientras seducía a tu esperma tuviste la extraña sensación, pero poderosa Afrodita por otro lado, que te unciría el lazo con el tapón de Salander.

Seguro que por un momento dibujaste en tu rostro un pearcing labiado que extendía recetas de cloroformo ingrávido para viajar hasta el quinto cielo.

La doctora, entre tantras y tantas, entrampó el placer más oculto que todo putanesco palpita.... devolver a la farmacia el prospecto en blanco.

Que nos toquen los huevos, es fascinante.

Duele menos que cuando los tocan sin tocarte un pelo.



Lo de la Salander empieza a precisar tratamiento.

No se has empezado la cerilla y el bidón, pero nuestra heroina realiza una transformación sorprendente. Pero sigo enganchado.