Ahí está la gracia, arriesgar un poco en nuestra querida provincia. Eso sí, sin pasarse en lo del riesgo. Me refiero a ir a Vila-seca.
He estado analizando a la megaestrella del porno. Lo primero que observo y que me disgusta tremendamente es la silicona. Luego está el tema del kilometraje, que es abundante y bacheado. Pagar 200€ por todo esto me parece un exceso propio de alguien demasiado enganchado al mundo de las profesionales del sexo.
Para sentirte protagonista de una pelicula X sin realmente serlo, no hace falta pagar tanto.