Masajes Tokio - Salou

Pues hoy me ha dado por ponerme el traje de explorador e ir a probar este lugar en el que nunca había estado y que siempre que paso por allí me llama la atención. En verano es el lugar menos discreto del mundo ya que media Europa está paseando por esa zona pero ahora en otoño, y especialmente hoy que estaba el día feote, no pasaba nadie por allí, así que me he acercado y, al estar la puerta entreabierta, he sacado la cabeza y una china muy normalita me ha hecho pasar. Estaba sola, ni compañeras ni otros clientes, así que llegar y besar el santo.

El local está limpio (o al menos lo parece), no huele a rancio ni a tempura de verduras, ni se oyen voces ni nada a lo que, lamentablemente, me tiene acostumbrado Manos de Oro en Tarragona. Está recogido y bien. Tiene de fondo la típica banda sonora de canciones populares chinas de rabiosa actualidad, para deleite de todos los que visitamos de vez en cuando estos lugares. No te ofrecen ducha porque al menos en la cabina que yo he entrado no hay, pero delante mío la chica ha puesto un protector de camilla tanto en la zona del cuerpo como alrededor del orificio donde va la cara. Hemos pactado una hora, algo de aceite y al lío.

El masaje, sin ser un espectáculo terapéutico, he de decir que no ha estado mal. Recuerdo algunos masajes -o lo que fuera eso- en otros antros similares que de tanta repetición en la misma zona al final era molesto. Aquí no. La chica, además, no mira el móvil en ningún momento, está por lo que hace, aunque al estar sola ha tenido que atender en un par de ocasiones el teléfono para dar cita a clientes y una vez ha tenido que atender a los de Correos. Aún así, mientras está en la cabina contigo, está por ti. Eso sí, si eres friolero, pídele que ponga la calefacción porque hoy en esa cabina hacía un frío de coj...

El masaje ha sido más largo en la espalda que de cara. De cara hace un par de pases mágicos por el pecho y enseguida va a lo que va y pregunta. En mi caso sólo ha preguntado si quería ahí, sin dar opciones, así que ha sido un manual. Debo decir, en honor a la verdad, que el fin de fiesta no ha estado a la altura de Manos de Oro, allí creo que en este sentido ganan por goleada en su habilidad para dejarte relajado como un bendito, sería lo único en que me he acordado de tiempos pasados en otros locales.

La chica, amable, del montón, poco habladora pero muy risueña. El masaje, lo pactado: 1 hora, sin escatimar ni un minuto. Masaje + FF: 50 lereles.

Una cosa que no me ha gustado, y esto sí que para mi es importante es que justo antes de terminar conmigo ha hecho pasar a un cliente que previamente había llamado y había concertado hora. El cliente se ha adelantado 5 minutos y lo ha hecho esperar en la sala de espera que está en la entrada, con lo cual cuando yo he salido nos hemos cruzado. No nos hemos visto las caras ya que creo que ambos hemos hecho por no ver al otro, pero puede ser un problema si eres conocido en la zona.

No es para repetir, pero de vez en cuando, si la cosa aprieta (y el invierno es muy largo), sabes a lo que vas, sin sorpresas.

Gracias por la experiencia.