Otro dia inolvidable con Marta

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Barcelona

Apartamento de la escort8
Duración60 minutos
Precio90
PechoNatural
FumadoraNo
BesosBesa con lengua
FrancésSin hasta el final
GriegoNo

 

Hacía dias que tenia programada mi cita con Marta, por costumbre suelo quedar con ella a primera hora de la mañana.

Como es mi primera experiencia publicada en este foro, aportaré una serie de detalles para mi importantes que hacen más entendibles muchas cosas.

El lugar del encuentro, es un bonito apartamento, en una planta baja a pie de calle en el barrio de Sants de Barcelona, sin vecinos ni portero. El apartamento está bastante bien cuidado y limpio y dispone de un cuatro de baño con lavabo y ducha en condiciones para una duchita erótica cuando es menester. La habitación es muy correcta, cama grande y cómoda, con varios cojines para lo que haga falta. Ambiente agradable. Tiene una salita anexa con un sofá y una mesita para el ordenador.

A la hora en punto, tal como habiamos quedado me recibe en la puerta vestida como a mi gusta, he de decir que Marta es a sus 40 y poquitos años una mujer rubia, melena corta, esbelta y muy bonita, que con sus zapatos de tacón hace casi su 1,67m, hoy iba con un vestido de verano de esos vaporosos, de color azul estampado muy bonito, dejaba ver sus bonitas piernas hasta por encima de la rodilla y es de los que permite al acercarte y abrazarla, palpar perfectamente lo que hay debajo. Lo que hay debajo no es ninguna tontería, por la cara B coronando esas dos preciosas piernas hay un culito firme, de jovencita, y por la cara A más arriba de un tesoro muy bonito y rasurado, dos tetitas naturales de buen tamaño que muchas jovencitas las desearian. Tiene una piel preciosa para acariciar, blanca, sin manchas, ni tatuajes, cuidadísima. Por eso me rio yo cuando dice que es una MILF.

MILF, no es que me guste mucho el acrónimo pero en plan basto sería (Madre que te gustaría para follartela).

Entre la puerta y la antesala de la habitación hay un pequeño pasillo de no más de cinco metros. Me gusta besarla y bien, nada más entrar y antes de llegar allí. Es una costumbre, me pasa también con todas. Es una manera de romper el hielo y hasta la cubitera. Pero hay que recordar a lo que hemos venido y dejarse de tonterias, más aún cuando lo que aparece detrás de la puerta es una espléndida mujer, con unos ojazos azules tremendos que ya mismo te está diciendo cómeme. Pues para que esperarse.

Hoy venía con muchas ganas de besar y estar muy cerca de ella, o sea pocas acrobacias y mucho body to body.

Vamos por pasos, el siguiente en metros es un sofá bastante cómodo en la antesala de la habitación, nos dejamos caer, sin dejarnos de besar. Hasta aquí he llegado sin explicar que esta mujer es una de las mejores besadoras que conozco. Lo hace con ganas, atacando y sin dejarse comer terreno, con las manos no para de acariciarte. Ni tu novia el día que vuelves de la mili lo haría mejor. La ropa va sobrando y en un pis pas y a la velocidad del rayo nos desvestimos mutuamente, otro de mis caprichos. Es una pena porque hoy llevaba un conjunto de lenceria en rojo que por si solo resucita un muerto. Continuamos en el sofá pero esto es cada vez más apasionado, sin ropa las manos van solas y empezamos con las primeras caricias en la zona de carga y descarga.

Avanzamos hacia la cunita que ahora si que la tenemos cerca, no recuerdo ni como caemos, pero como el que no quiere la cosa, nos encontramos en un 69 acostado, que continuamos sin prisa, besandonos, acariciándonos hasta llegan las manos y los pies y dándonos placer mutuamente, parando y arrancando para no terminar con el festival enseguida. Pero ocurre lo inevitable, Marta es ultrasensible y disfruta mucho de esta postura, y yo disfruto de lo que ella se está comiendo y de como lo hace. Empieza con un orgasmito que va creciendo en intensidad, dura bastante tiempo y luego viene otro mayor y otro y al final he perdido hasta la cuenta. 

Despúes de un merecido y corto reposo, el 69 se convierte en un francés en toda regla, de lo mejorcito, buen ritmo, sin manos, sin ganas de terminar y mirando a la cara. Le pido cambiar y me pongo un chubasquero que ya  tengo a mano. Se monta encima mio de cuclillas y empieza a bailar encima mio a buen ritmo (especialidad), ya me doy por perdido, Marta sabe que esta posición no le duro ni un minuto, pero exploto satisfecho hasta la última gota.

Hoy teniamos ganas de charlar y que mejor posición que en la que nos habiamos quedado, cara a cara, cerquita, su tesoro encima de mi soldado rendido a sus encantos. Podía haber estado horas, pero el tiempo corre y ya nos marca su fin.

En resumen, una experiencia que engancha, para repetirla una y mil veces.