Muguet… un bomboncito muy apetecible.

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Manhattan
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por Manhattan
Barcelona

Apartamento por horas9
Duración60 minutos
Precio200
PechoNatural
FumadoraNo lo sé
BesosBesa con lengua
FrancésSin
GriegoNo lo sé

Valoración de la cara: Muy guapa. Larga melena castaño claro con mechones rubios de cabello sedoso y muy bien cuidado. Ojos bonitos, oscuros muy alegres y picarescos. Nariz también muy bonita y boca perfecta con labios abundantes y sensuales con los que besa de maravilla y tras ellos dientes perfectos y una lengua muy juguetona. Muy guapa.

Valoración de cuerpo: Por encima de los 165 cm en un cuerpo de piel blanca y suave al que no le falta ni le sobre de nada. Grandes pechos naturales alzados y bien colocados a pesar de su tamaño y de tacto muy agradable. Cintura y caderas de formas perfectas con un vientre liso y un culo en su justa medida muy sexy y apetecible. Y para terminar unas preciosas piernas con buenos muslos para perderte entre ellos.

Valoración de carácter: Más que simpática y con una gran implicación. Es alegre y se la ve muy inteligente. Ríe con facilidad y está pendiente y preocupada de que no te falte de nada y de que estés bien en todo momento. Me he sentido muy a gusto a su lado. Como si nos conociéramos de hace tiempo.

Vestimenta: Cuando he llegado a los apartamentos ella ya lo había hecho con anterioridad y creo que le dio tiempo a prepararse con un vestido negro y corto ajustado a su precioso cuerpo que es tal y como me recibió. Calzaba zapatos de tacón alto, luciendo piernas y cuando empezó a desvestirse lo hizo levantándose el vestido desde la falda hacia arriba mostrando la sensualidad de sus muslos resaltados por unas braguitas blancas que hizo que me saltaran los ojos y siguió sin parar hasta mostrar todo el esplendor de su cuerpo ataviado con las dos piezas del conjunto de lencería con lo que a mí ya se me levantó todo…

Relato del encuentro:

Parece que le haya cogido gusto a eso de conocer señoritas de caché más alto de lo que es habitual en mí. No es del todo cierto pero sí hay una ligera tendencia hacia ello, aunque obedece a distintas razones que intentaré explicar en otra ocasión.

No obstante, una de ellas, quizás habría que buscarla en el buen hacer de la señorita encargada de gestionar la agencia Casual Escort, Claudia, que al hablar con motivo de mi cita anterior con Martina (la primera con esa agencia) me pareció una excelente profesional al comentar las virtudes de sus representadas y por esa razón decidí volver a informarme sobre ellas en esta nueva ocasión y siguiendo sus recomendaciones decidí citarme con Muguet.

Y de momento las dos citas habidas han corroborado que sus explicaciones coincidían 100x100 con el hacer de las señoritas. Con lo que no deja de tener sus ventajas a la hora de citarte con alguien a quién no conoces y saber qué te vas a encontrar.

Sea por lo que fuere, diré que ayer lunes 16 de febrero, tuve la suerte y el privilegio de disfrutar y gozar de una intensa hora de sexo y lujuria al lado de esta belleza de nombre muy artístico… Muguet.

Cuando la vi al cruzar la puerta de la habitación asignada en Suites ya pude notar ese cosquilleo que te da el saber que vas a tener sexo, en este caso, con una señorita con un cuerpo para pecar y que te recibe con una cara que, además de bellísima, muestra que tu presencia es muy bien recibida. Y eso ayuda un montón a que todo fluya ya con naturalidad y buen hacer.

Nos presentamos, charlamos y reímos durante unos breves minutos que fueron suficientes para saber que el buen rollo y el feeling entre los dos era evidente. Con ello empezaron las carantoñas, los toqueteos y una vez desvestidos y “pasados” por la ducha nos soltamos para dejar ir todas las buenas sensaciones que con tan poco espacio de tiempo se habían creado.

Seguimos con unas deliciosas e intensas morreadas y enlazamos nuestros cuerpos para dejarnos caer sobre la cama e iniciar el momento de la “degustación” por mi parte, con besos y lametones por su cuello, por sus hermosas y grandes tetas, barriga, ingles, muslos y pararse entre ellos con ese stop obligado que dio paso a una boca y una lengua deseosas de conocer y de saborear ese sabor tan especial que genera la excitación en esos momentos de pasión .

El deleite empezó y el “trabajo” hecho se alargó más de lo que suele. Incluso hubo un momento que parecía haber llegado al final, pero se trato de una “falsa alarma” por lo que seguimos, porque se notaba que estaba cerca, y uno no puede dejar con esa sensación a su partner de “casi llego…” si la cosa esta tan cercana.

Así que seguimos con ello y otro buen rato de jadeos ahora más sonoros, de movimientos pélvicos ahora más elocuentes y enérgicos y el buen hacer y las ganas de ambos hizo que al final se consiguiera el objetivo que no era otro que llevar a la señorita a su particular orgasmo y con ello premiar el “trabajo” de quién lo realiza… En ese caso un servidor.

Breve relax y de nuevo a la acción que seguimos posicionados en un excitante 69 con comiditas de ambos hacia ambos y disfrutando de ello hasta que cambiamos para seguir con un francés de ella sobre mí y con el amigo a tope y la excitación a flor de piel echamos mano del látex y una vez todo en su sitio comenzamos con la tercera fase… la de la intro.

Tres posiciones típicas y habituales, cowgirl, a4 y misionero y con ellas apuramos casi la totalidad del tiempo que nos quedaba no sin antes haber dejado por el camino las excitantes sensaciones que producen las diferentes posturas y por supuesto, en mi caso, haber llegado al final en posición misionero con una corrida sensacional mientras el amigo dentro de ella había recibido esa invitación en un mete-saca a varios ritmos que fue muy bien recibido por una receptora pletórica y cariñosa que hizo que todo fuera mucho más placido y excitante.

Exhaustos y relajados hablamos y reímos por la complicidad habida en toda la sesión y nos abrazamos y nos besamos como novietes satisfechos por lo acontecido y con el ánimo de que nos volviéramos a encontrar. Cosa que en mi caso suele ocurrir cuando la sesión ha discurrido por los cauces que en este caso se dieron en esta cita.

Qué suerte la mía…