Laia, el poder del bisturí
Total | Fecha | Ciudad | Belleza | Servicio | Media | Usuario | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
3 | 03/2011 | Barcelona |
|
|
|
relajado |
2.191 veces |
VER COMPLETA | 09/2010 | Barcelona |
|
|
|
Taoran |
1.860 veces |
VER COMPLETA | 10/2010 | Barcelona |
|
|
|
Taoran |
1.955 veces |
Apartamento de la escort | 8 |
Duración | 60 minutos |
Precio | 200€ |
Pecho | Tuneado |
Fumadora | No lo sé |
Besos | Besa |
Francés | Con |
Griego | No |
Hace algún tiempo que tenía el ojo echado a Laia, pero su precio se me salía de presupuesto. Tras bajar a 200 €/h decidí que podría visitarla.
Por teléfono se mostró amable y correcta. Quedamos un día por la mañana en cierta dirección cercana a la Monumental. Llega el día, llego a la zona y la telefoneo... cambio de dirección, ¡pardiez, me hace ir hasta las cercanías de Paseo de San Juan! Así que debe tener al menos dos pisos, o es exageradamente cuidadosa con su privacidad. Cuando llego a la dirección vuelvo a llamar (no coincide), he de girar la esquina y ¡llego a su portal! El piso es grande, construido a caballo de los siglos XIX-XX y profundamente reformado, se nota la mano de un decorador. Esta limpio, aunque la señorita insiste en luces suaves. En la decoración, fotos de Laia creo que firmadas por Yakaré.
Lo primero que me llama la atención de Laia es la desastrosa rinoplastia a la que se sometió, tiene nariz de calavera. El resto, tal y como se ve en las fotos: cuerpo moldeado en gimnasio, pechos de silicona con buen tacto y labios ligeramente ensiliconados (quizas sea colágeno). Bastante alta, ronda el 1,70. Es bonita, y sería bastante guapa sin el destrozo que le han hecho en la nariz. Pago lo convenido.
Me envía a la ducha de diseño (dispongo de zapatillas de un solo uso), y me espera en el dormitorio, con un refresco. Entro, jugueteamos un poco, fela con gomita y pasamos al fornicio con unas cuantas posturas. No esta mal para un servicio de 200 €, aunque resulta menos que justito para uno de 300 €. Tras un tiro, charlamos un poco, me habla bastante de una tal Cristina Love, a la que retiró alguien durante cierto tiempo. No estoy para otro tiro, tengo un poco de prisa, me visto y me marcho.