Algunas veces me sucede que me cuesta escribir una experiencia. Intuyo de antemano que no voy a estar a la altura, de saber describir, ni los momentos vividos, ni a la mujer que he tenido el placer de conocer.
EVA:
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Sus sensatos y ponderados escritos en otros lares, hizo que me interesase por ella. Cuando leí la experiencia de oliba, no dudé, quería, es más, tenía que conocerla.
Me vienes a buscar?.
Por supuesto, será un placer para mi darte la bienvenida a Madrid.
Me reconoceras con facilidad, llevo un vestido blanco...
No pude oír, ni puse mucho interés en ello, el resto de la frase, estaba seguro de reconocerla. Recordaba lo que me habían dicho de ella, que era guapa, pero guapa, guapa. Efectivamente, sin dudarlo supe quien era. Eva, es realmente guapa.
En el transcurso de la comida, puede deleitarme y así se lo hice saber, con lo guapa que era. Y descubrí dos cosas más, su naturalidad y lo que deseaba besar sus labios. Mi esfuerzo me costó, el saber tener un comportamiento acorde con el lugar y la dama. Eva, con su naturalidad, hizo que todo resultase sencillo.
Ya puedes subir...
Me dejas que sea yo la que mande?
Por supuesto... sus ojos y pícara sonrisa, me llevaron a creer que acertaría dejándola a hacer. Su palabras susurradas, sus besos, su lengua juguetona, pronto hicieron que me entregase a sentir con intensidad sus caricias.
Durante unas horas nos entregamos a darnos placer, con una pasión apenas contenida por la dulzura. Me deje ser juguete en las manos de una niña sabia, o mejor, torpe amante de una bella mujer.
Mujer dulce siempre. Apasionada, y morbosa, cuando la ocasión lo requiere.
Me quedo con el recuerdo de sus ojos, y de su bella cara de niña. De su entrega dando y reclamando placer.
Mi amante niña, mi amante de una tarde verano, no encuentro las palabras para describir sus bellos ojos, ni el placer de recorrer con mis labios su piel de seda.
Se fue una tarde hermosa. De las que siento que cada vez me quedan menos por vivir pero, me dejó sus besos y caricias... quedo su nombre escrito en mi mente, el recuerdo de su bella cara... en espera de nuevos días...
