Mi segundo asalto con La Diosa de Tarraco
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En la intimidad me considero una mujer liberal y viciosilla, sin tabúes.
Cuando: 09/2016 - Ciudad: Tarragona - en Apartamento de la escort
Valoracion experiencia -->9.5
FX rank -->9.42222
Duración del encuentro: 120 minutos
Precio: 240 euros
¿Pecho?: Natural
¿Fumadora?: No lo sé
¿Besa?: Besa con lengua
¿Griego?: No lo sé
Valoración Estética: 9
Valoración del Servicio: 10
Pasados mas de seis meses desde nuestro último encuentro, en el que por poco no soy linchado por mi Centurión delante de toda la tropa por no estar a la altura de un legionario romano, vuelvo a la carga con ganas de mas batalla con nuestra muy apreciada Cristina. Ya dentro de su acogedora morada, equipada con todo lujo de comodidades con los que agasaja a sus visitas, me recibe un un ligero atuendo en el que se transparentan sus generosamente proporcionados atributos, prestos y erguidos al alcance de mi mano. Es una lástima que los Dioses no me concedieran la gracia de disponer de mas manos... puesto que 2 son poco para abarcar semejantes bellezas, las cuales pasé a saludar poco después de presentar mis respetos la dulce Cristina.
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No tarda en convence que la acompañe a sus termas particulares para una ducha erótica en la que recorrer uno el cuerpo del otro con la mayor atención, acariciando, besando y estimulando uno el interés del otro. Pronto aparecer una picarona sonrisa en su rostro, cuando cogiendo con ganas mi gladius, pasa a ejecutar una portentosa cubana a la francesa 100% natural... que don de "lenguas" mis apreciados foreros. Aún no consigo entender como conseguí salir vivo del primer lance sin explotar.
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Ya aseado pero aún con las piernas aún temblando, Cristina me propone erótico muy prostático masaje, y acepto de buen grado para recuperar el aliento. Conseguí trepar a la camilla en la que deliciosos y aromáticos aceites*afrodisíacos serían aplicados sobre mi, mientras sus delicadas manos lo*recorrían*mi cuerpo de extremo a extremo durante dedicados, agradables y placenteros minutos. Ya mas recuperado, observo por el rabillo del ojo una pícara sonrisa mientras Cristina se*ausentaba*por unos breves instantes. Cuando regresa trepa la camilla mientras deposita algo frío en mi espalda. Antes de que llegue a saber que es, ya está encima mío deslizando su peso sobre mi espalda y mientras* sus rebosantes pechos me acarician, recorren y transmiten super-poderes a mi gladio.
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Con esta ya bien enhiesto, decido coger lo que es mío, el primer plato del menú que es de caridad no retener mas ya al hambriento. Consigo zafarme de Cristina para a continuación saltar sobre ella, y descubrir así que esa fría sustancia que la traviesa había puesto sobre mi era Nata y fresas. Hallándose el postre ante mi, pospuse una vez mas el primer plato y gustoso procedía repasar la con mi lengua para no desperdiciar nada. De arriba abajo y de abajo arriba la recorrí sin descanso, degustando todos y casa uno de sus rincones y magníficas protuberancias, y prestando especial dedicación en su jugoso secreto el cual parecía aceptar de muy buen grado hasta que conseguí*relajarla*completamente.*
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Cristina me veía con deseo de comer ya por fin mi PRIMER PLATO, y sin darme cuenta ya me había enfundado la goma mientras me ponía a tono una vez mas con un francés muy trabajado. Me enseña su gran y esférico trasero mientras se pone de cuatro patas como buena gatita que es. Ya no puedo aguantar mas y lo agarro esas nalgas para así poder dispensar mi gladio, mientras contemplo la escena en el espejo y observo su traviesa sonrisa que me suplica mas dedicación al oficio. Ahí prosigo con mi abnegada y placentera tarea durante unos inolvidables instantes hasta que pasamos a practicar otro rito tan o mas excitante. Cristina, sumisa y ardiente, se da la vuelta y me suplica un clásico misionero, que yo afortunadamente aún tenía fuerzas para procurar. Con esfuerzo y devoción a la tarea comprometida, los*minutos parecían convertirse en placenteras horas sin fin... hasta que no puede aguantar mas y afortunadamente llegó el final para ambos.*
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Obviamente, tan gran mujer se merecían esta vez 2 horas de consagración, a las que yo en estas breves líneas sólo he podido mas que relatar la primera. Ya con mas tiempo y en un posterior relato, *pasaré a detallarlos que sorpresas había preparado Cristina para mi segundo plato.
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