Angelina, cuarta parte: Manteniendo alto el pabellón
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Una experiencia única, ardiente y apasionada
Cuando: 10/2013 - Ciudad: Barcelona - en Apartamento de la escort
Valoracion experiencia -->10
FX rank -->9.35417
Duración del encuentro: 120 minutos
Precio: 300 euros
Lugar del Encuento: Apartamento de la escort
Valoración Apartamento: 10
¿Pecho?: Tuneado
¿Fumadora?: Sí
¿Besa?: Besa con lengua
¿Griego?: No
Valoración Estética: 10
Valoración del Servicio: 10
Experiencia número diecisiete, y cuarta con Angelina. Cuando con una escort conectas y estás a gusto, corres el riesgo como me está pasando a mí de repetir una y otra vez, y que lejos de cansarte, quieras todavía más. Este cuarto encuentro no iba a ser una excepción, y nuevamente Angelina me dejó encantado con su trato y, en los asuntos más íntimos, más que satisfecho.
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Ha cambiado de piso Angelina, con la ventaja que está más céntrico y sólo ella vive ahí. Muy acogedor, se merecía un lugar así. Pero me desvío del tema: tras cruzar la puerta, Angelina me obsequia con besos y, cómo ya me conoce sobradamente, la relación fluye de forma más natural. Nos besamos, me desnuda, le desnudo yo quitándole su traje rojo (¿o era rosa? Qué malo soy para estas cosas) y ella sólo se queda con los tacones puestos, lo que le hace ser un poco más alta que yo. La idea de una ducha compartida me atrae, por lo que aprovechamos el momento para continuar nuestros escarceos.
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Acabada la ducha, toca ir a la cama. Un espejo colocado al lado, como en anteriores encuentros, es ideal para subir la libido mientras contemplas el cuerpo de Angelina haciéndote el amor. Empieza ella con su dominio del francés sobre mi pene, sin hacer uso de las manos. Luego le correspondo yo, y de forma muy rápida se pone su sexo se humedece. Y Angelina me remata con un reverse cowgirl del que disfruto contemplando su imagen trasera y como mi miembro entra y sale de su sexo, con lo que a los pocos minutos me he corrido sin oponer más resistencia.
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Pero por si no sabíais ya, Angelina es una bomba sexual, y apenas me da un respiro para tomar agua en el sofá, y aún descansando en el sofá, retomamos nuestro ardor sexual. Besos y caricias hacen poner mi miembro de nuevo a tono, y con Angelina tumbada en el sofá la penetro desde atrás, llevando yo el ritmo ante los jadeos de ella. Y hoy está insaciable, quiere más, mucho más: se tumba boca arriba y me ofrece su sexo para que mi boca y lengua se recreen en él, y de esta forma llega ella a un orgasmo.
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Me devuelve el favor en el sofá, pero tras el esfuerzo pierdo algo la erección y necesito un descanso. Más adelante, en la cama, conseguirá su propósito, y con un francés endiablado y de auténtica maestra en esta especialidad, me correré en su boca mientras ella sigue y sigue… Paro aquí, que recuerdo la escena y acaloro.
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Retomo la experiencia. Entre acto y acto, aprovecho para hablar con Angelina de temas varios y así conocerla mejor. Obviamente, no voy a decir aquí de lo que hablamos, aunque los que conocéis a Angelina ya sabréis que es un placer y un encanto de chica con la que hablar.
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Me sorprende que, mientras yo sudo cuando hacemos el amor, a ella apenas se le nota cansada. Debe ser cosa de la genética. Y como parece que hoy la cosa funciona de maravilla, todavía hay tiempo (y ganas, sobretodo ganas) para un último acto: en la cama, un erotizante 69 nos deja listos para la acción, en la que Angelina llevará la iniciativa, pues se colocará encima de mí y probará todo tipo de posturas para que me deleite con su cuerpo, tanto frontales como traseras.
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A destacar una recostado yo en el borde la cama, dándome Angelina la espalda mientras ella se veía en el espejo. Acabaremos de nuevo en el sofá, donde ella se pone a cuatro patas y me entretengo dándole placer y agarrando con mis manos su generoso trasero. Llego el éxtasis a la vez que al lógico cansancio, y me derrumbo sobre su espalda y larga melena negra, sobre las que me entretendré con caricias y arrumacos, *mientras mi pene aguanta en su sexo un buen rato hasta que pierda la erección.
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El tiempo, maldito tiempo, indica que hemos llegado al fin. Eso sí, bien aprovechado y mejor disfrutado. Nunca quieres que llegue la hora de la despedida, pero inevitablemente llega. Nueva charla con Angelina y besos, sabiendo que pronto nos volveremos a encontrar.
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Resumen y valoración: de nuevo, Angelina no sólo ha colmado mis deseos, si no que estos se han visto claramente superados. Corro el peligro de estar adicto a ella, como veo y leo le pasan a otros foreros. Espero y deseo continuar con ella, siempre que el morbo y la pasión no decaigan, cosa que ahora mismo dudo que ocurra.
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Saludos y hasta otra.
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