Cita Iniciado por Gerundio
¡Jo, Cipo, que suerte tienes!

No te daré pistas, pero yo vivía cerca, muy, muy cerca. En esa misma época. Del más rancio Ensanche del que todavía huelo.

Pero a muy larga distancia de tu experiencia. Esa misma noche tuve mi primera relación sexual. Una manola con mi mano derecha. No es lo mismo, lo reconozco, pero aunque fuera en sueños yo estuve con Raquel Welch, por aquello de que al ser un sueño, no iba a estar con Rafaela Aparicio. Perfecta, la Welch, no te digo más. Y conseguí, también en sueños, claro, que tuviera 6 orgasmos.

Pues ya ves Gerundio, la edad es un grado ya que hasta en eso te aventajaba. Yo en aquel tiempo ya me había hecho el amor unos cuantos cientos de veces. Debo reconocer que el ser ambidiestro tiene sus ventajas. La mano derecha más suave, más precisa, más preparada para el placer sereno, lento, elaborado. Por el contrario la mano izquierda, tosca, enérgica, primaria, poseedora de esa capacidad para ofrecerte ese sexo salvaje que, a veces, en tu juventud necesitas. Cuando no hay dinero y se es poco agraciado, es un gran que tener unas manos que te amen.

En cuanto a tu duda... permíteme que te dé mi opinión. Siempre los sueños eróticos son mejores que la realidad. Prueba de ello es que en mis manolas soy un gran amante, de los que triunfan y consiguen que mis partenaires tengan tres, seis o doce orgasmos. La realidad es otra, si dan un par de gemidos... saben actuar muy bien. Pero los años nos hacen saber convivir con nuestros pequeños defectos y agradecer el empeño que ellas ponen en hacernos creer que hasta les gustamos. Que mientan, que mi verdad es muy triste y sus mentiras piadosas, muy piadosas.