No había participado en este hilo. Si lo hubiera hecho hace unos días, tal vez lo habría hecho en el sentido contrario al que ahora haré. Defiendo la sinceridad total en las relaciones de pareja y considero que cuando hay amor debe haber comprensión. Desde este planteamiento, que es el mío, defendería que nunca se debe ocultar nada sobre tu vida que si la otra persona puede llegar a descubrir haría que se sintiera engañado. Pero, siempre hay peros y las circunstancias cambian y cuando ves ciertas situaciones, acabas pensando que a la mierda tu pensamiento idealista y viva el pragmatismo. O sea que hoy mi respuesta es totalmente la contraria: OCULTADLO, ni se os ocurra entregar vuestras ilusiones a una persona que sepa que habéis sido. Las circunstancias cambian y el que vuestra pareja lo sepa, puede volverse en contra vuestra.Iniciado por travesura_bella
Os explico que es lo que me ha hecho cambiar mi pensamiento. Digamos que una "conocida mía" que no amiga, vino a Barcelona de un país del sur. Vino con permiso de estudiante ahora hará unos nueve años. Como no procedía del primer mundo, quizá tampoco del segundo, el coste de sobrevivir aquí y poderse pagar sus ansiados estudios, la hizo decidir buscar soluciones económicas haciéndose escort ya que un trabajo a jornada completa le habría impedido completar su formación. Llegó a conocer clientes de buena posición social y con algunos llegó a tener una relación de "algo más". Es una de las chicas más bellas, dulces e inteligentes que conozco y en su inteligencia, tuvo siempre claro que nunca acabaría manteniendo una relación sentimental con un cliente. Así lo hizo y eso que a más de uno debió enamorar ya que gracias a un cliente, cuando acabó sus estudios encontró un buen trabajo (de eso bien pagados y para toda la vida); a través de otro, le alquilaron un piso a buen precio y sin exigir demasiados requisitos.
Hasta aquí diría yo que todo muy correcto y muy acorde a la gran inteligencia de esa chica pero... el amor. El amor le ha hecho al cabo de cuatro años una mala pasada. Se enamoró del hermano de una compañera. El hombre más comprensivo del mundo, siendo hermano de una escort como no iba a serlo. Dulce, respetuoso, cariñoso y además alguien que no podría echarle en cara lo que había sido ya que su hermana era del oficio. Gracias a ella él encontró trabajo en la misma empresa (nuevamente, de esos fijos y para toda la vida), ganaba bastante menos que ella porque no tenía su cualificación. Han sido años buenos y él con esas insaciables ganas de comerse el mundo que tienen los jóvenes que vienen de países pobres y empiezan a ver dinero, empezó a enviar dinero a sus padres para que les compraran fincas, ganado, casas... en su tierra, que no es la de ella. Tal era su afán de convertirse en un gran hacendado en su país, que una vez enviados todo lo que ambos ahorraban, inició esa carrera imparable de tomar dinero en préstamo. Primero en Bancos con la tranquilidad de dos Nóminas fijas. Después en financieras... Quien haya iniciado en su vida esa rueda imparable ya sabe el final, quien no, sencillamente que piense que pasa cuando has de pagar 4.000€ al mes y cobras 3.000.
La situación se hace acuciante, empiezan los impagos, los problemas para comprar comida, las dificultades para sobrevivir. Y el marido, cariñoso, dulce, comprensivo, ve que la solución es muy sencilla, sumamente sencilla. Total... ella vuelve al oficio un tiempecillo, muy poco solo hasta que se resuelvan los problemas económicos... que el entenderá que se prostituya porque es una necesidad familiar y que nunca se lo reprochará y después cuando todo vuelva a la normalidad, paz y gloria como si nada hubiera pasado.
Afortunadamente esa chica es inteligente y ha tomado, en mi opinión, la mejor opción, mandar a la mierda a su marido, dulce, cariñoso y comprensivo.
Sus palabras cuando me lo explicaba me arrancaron una carcajada: Si he de volver a ganarme la vida chupando pollas no será para comprar otra finca en ..., será para vivir yo mejor.