La conciencia nos deja en ridículo, en una situación de indefensión absoluta, desde el momento en que nos paren.Iniciado por Gerundio
Lloramos, lloramos, lloramos y no paramos de llorar esperando que nuestra madre le diga al mundo lo conocida que es la razón de ser, y lo despiadados que somos los humanos empecinados en darnos árnica en el calostro.
Luego, crecemos.
Y nuestra conciencia mengua.
Esa imprudencia, esa terrible contradicción nos maniata toda una vida.... los conscientes por auténticos, y los inconscientes por cobardes.
Y ambas conciencias pueden camaleónicamente mutarse hasta que el papel de vida propia, se retire a lacrar las últimas páginas lagrimales.
En ese preciso instante, la placenta es una papilla que no se comen ni los gusanos.
Tienen buen gusto, sabrían que envenenarse de la propia esencia, acaba por renacer al gran monstruo:
....el sufrimiento.
Pero es que para doler..... algunos dudan, si el espiritual o el carnal........
Y en caso de duda, no dudan: la culpa es de aquellos que me trajeron sin que yo se lo pidiera.
Ecuánimes y consecuentes.