Lo que debe hacer es velar para que la publicidad sea cierta y no nos engañen. Que lo que dice el anuncio en cuanto a edad y servicios ofrecidos, se cumpla.
Bromas aparte, que distingan de una vez lo que es la prostitución libre y voluntaria, de la explotación sexual y trata de blancas. Y es esto lo que deben legistar y no prohibir.