Hay motivos irresistibles para volver, aunque sea sólo un momento, y recordar las veces en que esa piel dorada por un atardecer se me antojó carne de los dioses.
Vuelvo con mis recuerdos. Estás preciosa, morena. Y además, lo eres
Oliba, desaparecido, que alegría y, sobre todo, que alegría que hayas encontrado un "motivo irresistible" para volar a mi hilo. Si puedo vivir en ese tesoro de recuerdos tuyo, que debe estar lleno a rebosar de joyas, me harás muy feliz. Un beso de oro