Amantexavi, poco puedo decirte, me encuentro en una situación similar pero contraria a la tuya. Me explico, mi padre hace 20 años que está inválido, de ellos 17 en la que la única posibilidad de diálogo con el es por escrito ya que no entiende el lenguaje hablado. Hace casi cinco años que perdí mi madre en un par de meses de enfermedad y lamentablemente, tras múltiples intentos de mantener a mi padre en su entorno natural, finalmente lo tuvimos que ingresar en una Residencia. Es duro, muy duro, ver a mi padre, esa gran persona con quien siempre he tenido una relación especial, practicamente incomunicado, con esa mirada inquisitiva, una mirada que transmite todos sus sentimientos mirándote, a veces feliz de vernos, otras veces mostrando de forma ostentosa su cansacio por estar vivo. Una vez, en una fase de plena depresión me comentó algo realmente duro: ¡Cuanto cuesta morirse!.
Ahora, a verlo el fin de semana y a intentar que ese largo tránsito hacia su muerte le resute lo más llevadero posible a una de las personas a quien más quiero en este mundo, impedida físicamente, con la única posibilidad de comunicación con otras personas que sean cuatro palabras escritas en una pizarra. Y eso con una mente lúcida que hace que sea totalmente consciente de su situación. Prisionero en un cuerpo que ya no da más de sí y un alma que se niega a abandonar este mundo.
Igual de duro, pero justo a la inversa.
Un abrazo