Iniciado por Gerundio
Por ejemplo, lo que me ha refrescado más el espíritu no han sido las alegrías personales, ni los triunfos, ni las mujeres que he amado, ha sido la Coca-Cola en botella de vidrio (la de lata, un asco)
Sobre todo en verano. Un buen plato de judías con chorizo, denso, espeso, cargado, energético. Sudando, a pleno sol, gotas que caen por la frente, pero puro placer. Y luego, en un gesto de hedonismo, en plena digestión, notas esas fuerzas interiores que quieren escapar, irresistibles, esa huella del condumio, de mostrar a los demás que tú has podido, que ellos no, que son cobardes, que nunca lo lograrán. Y dejar escapar ese interior gasificado que oprime. Lentamente, sensación cálida, acogedora, puro placer. Átomos olorosos, combinación olfativa nunca alcanzada, con fuerza, un cuesco nuclear. Ese pedo glorioso que tan a gusto deja, definitivo, que sacia el espíritu y que nadie acepta, sociedad cobarde y estigmatizada con la libertad de quien, en el análisis de su propio yo, ha decidido vivir en libertad.
Creo, en definitiva, que la vida esa así, como ese pedo furtivo pero deseado, un asco para los demás pero puro placer para ti.