Los dedos mágicos de Denise

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por mackie
Barcelona

Local Agencia o Club8
Duración60 minutos
Precio0
PechoNatural
FumadoraNo
BesosNo lo sé
FrancésCon
GriegoNo lo sé

 

Coincidente con la final de copa del rey se regalaba un masaje al acertante del campeón, a sortear entre varios en caso de haberlos. Ese fuí yo y hoy he recibido mi premio.
Con 24 h. de antelación llamé para verificar mi identidad y averiguar la índole del premio. "Masaje completo de 45 minutos más el complemento deseado" fue la respuesta obtenida, correcta pero distante. Acordamos la fecha y la hora. Acostumbro a estar nervioso antes de mis citas pero como no me atraía demasiado el cariz que tomaba ésta y no se trataba de un encuentro propiamente dicho, ni había habido contacto previo con mi partenaire  me presenté a la hora acordada tranquilo y frío.
Al abrirse la puerta una mujer vestida con leotardos y bata blanca corta pero no sexy me abrió la puerta y manifestó desconocer de lo que yo le hablaba. Reaccionó, me invitó a pasar a una habitación con camilla y me dijo que llamaría a la jefa que había tenido que salir imprevistamente. Al cabo volvió, me dijo su nombre y que era la única disponible y me repitió lo que ya sabemos sobre el premio esperado. Accedí, ya que estaba allí; por lo menos saldría relajado. La magnitud de mis últimas experiencias y la dimensión de las mujeres que he tenido el placer de conocer y disfrutar últimamente han puesto el nivel del listón muy alto.
Denise me pidió que apagara el móvil y me entregó una toalla. Me explicó el funcionamiento de la ducha y salió no sin antes decirme que tocase con los nudillos al acabar. Cuando hice esto ella volvió a entrar ya sin los leotardos y yo le pregunté sobre la posibilidad de hacer una depilación íntima como extra a mi cargo. Me pidió que me tumbara para inspeccionarme y me dió su aprobado. Luego me pidió que me diese la vuelta para empezar por la espalda. Con el rabillo del ojo percibí que se había desprendido de su bata sin hacer ruido. Comenzó a aplicar aceite con sus manos y a preguntarme que tipo de masaje prefería: fuerte, flojo, descontracturante, deportivo... Yo respondí con descaro que quería el más erótico posible. Mi descaro debió hacerle gracia por las expresiones que usó. Me aplicó talco y dejó deslizar sus manos por todo lo largo y ancho de mi cuerpo, incluyendo las piernas. En algún momento hacía intento de llegar con sus manos entre mis piernas pero estaban demasiado juntas y me daba algo de vergüenza separarlas. Algo habíamos mejorado cuando se puso a hablarme del futbol del día. Maldita sea; si algo estaba empezando a sentir se vino abajo. Para mi felicidad solo fueron un par de comentarios según ella porque pasan tantos hombres por allí que hablan de eso....¿? 
Se subió como un gato a la cama y comenzó a restregarme sus tetas por la espalda, por las nalgas, ¿Como se quitaba la ropa esta mujer sin que yo me diera cuenta? En mis nalgas se detuvo con intención. Me gustó. "¿Te gusta mi culito, eh?" "Y a ti también" me respondió. Se bajó de la camilla y volvió a repetirlo mientras me daba unas palmaditas y continuaba sus caricias. Yo ya había empezado a trempar y separé un poco las piernas por si quería deslizar su mano en busca de algo más. Me arqueé. "Mmm, te gusta"me dijo ronroneando. A ella también le gustaba. En ese momento sentí que un líquido frío caía en la juntura de mis nalgas. "Mmm, te va a gustar". Lentamente esparció el aceite mientras continuaba ronroneando. De vez en cuando deslizaba sus dedos y medio pellizcaba mis testículos. Adiviné sus intenciones. Aquello era muy excitante. Continuó lubricándome y me dijo que si me hacía daño la avisara. La hice saber que todo eso era nuevo para mi y sentí con voluptuosidad como aplicaba más lubricante en la entrada de mi ano. Luego introdujo un dedo con suavidad masajeando con toda la mano.
A todo esto yo no había refrenado mis impulsos de acariciarla sus hermosas piernas, su culo también y buscaba la manera de introducir mis dedos por debajo del tanga sin saber si me rechazaría. Al contrario ella lo bajó hasta medio muslo invitándome así a continuar. Su prospección en mi progresaba en ritmo y profundidad y los dedos de mi mano encontraron entre sus labios lo que buscaban. Se desprendió del tanga por completo y abrió un poco las piernas, untándome la mano con el lubricante. Yo ya no quería aguantar con mi erección contra la camilla aunque me resultara gustoso lo que me hacía y me dí la vuelta. Hubiera sido el momento de un soberbio francés pero por lo visto es norma de la casa realizarlo con protección. Ni se planteó el tema, aunque al principio habíamos acordado hacerlo así y si no era de mi agrado acabar con una masturbación manual. Ni falta que hizo. Tiene unas manos maestras y me había excitado de tal manera que poco faltaba para mi orgasmo. Con mi mano apretando fuertemente su sexo y el clítoris entre dos dedos se lo hacía saber, mientras ella masajeaba después de embadurnarme con abundante aceite mi sexo entero. No fue un típico coger y sube y baja, había otro arte allí. El orgasmo llegó caliente, templado, sin la tensión corporal de otras veces. Luego me explicaría que ella es la que hace tantra en ese centro y me explicó un poco que en realidad las técnicas que en occidente conocemos son solo pseudotantra. También con un mohín casi de disgusto me confesó que podía acabarse un masaje con penetración completa en otras tarifas que no quise saber de momento. Ahora, escribiendo esto, siento que algo quedó sin concluir con esta mujer pequeñita y grande a la vez, que ha ido descubriendo los velos de su intimidad ante mi con calma, buen humor, maestría y atrevimiento. Tengo la impresión de que es una mujer que el primer día cumple profesionalmente con el guión que su papel le exige pero que avanzando en la relación puede ser un descubrimiento para mi. 

Valoración final: Lo mejor sin duda que se trata de un regalo inesperado. Igualmente esté entre lo mejor que el desarrollo de los acontecimientos fue como un descorrerse de velos con un grado de erotismo in crescendo. Por último entre lo mejor cabe incluir el descubrimiento de sensibilidad desconocida por mi hasta ahora. Lo peor fue el inicio desconcertante pues Denise no sabía nada del asunto y no haber tenido opción de elegir entre las cuatro masajistas que componen la plantilla.