Ana - Imposible no repetir

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juno805
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por juno805
Barcelona

Apartamento de la escort9
Duración60 minutos
Precio200
PechoTuneado
FumadoraNo lo sé
BesosBesa con lengua
FrancésSin
GriegoNo lo sé

Lo explico del tirón: Miro a Ana en las fotos y me llama la atención principalmente por su actitud. Si tiene ese descaro en persona creo que me lo puedo pasar bien. Estoy arto de estar en la oficina y pruebo suerte sobre las 18h para si ver si puedo quedar con ella a la salida. Bingo! quedamos a las 21h, salgo del curro, me doy un paseo, y la voy a visitar. Además por teléfono parece muy simpática. Cuando llego a su casa, puntual, me dice que me espere unos 5 minutos, que se está preparando. Me vuelve a llamar al cabo de 10 y me pide que suba. Subo. Nervioso. Cuando llego su puerta se abre, y me recibe una pedazo de mujer sonriente en bata. Me da un beso en la mejilla (creo que fui yo el que le puso la mejilla) y me invita a pasar. Cuando estoy en su comedor me saluda, me sonríe, conversamos un poquito y de repente, cuando ya teníamos un poquito más de confianza se quita la bata. Madre del amor hermoso! Qué mujer! Resulta que la niña acompaña su sonrisa con un cuerpo espectacular, subido en unos tacones de infarto y cubierto por una rejilla negra peagadísima a toda ella, por donde escapan sus pezones poniendome enfermo y dejando ver tanta curva que casi em tengo que tomar una biodramina. Viene, me abraza, me besa, me acaricia, y me pregunta si quiero que se quite los tacones. "No por favor" le digo yo, "no me importa que estés más alta que yo". De hecho me venía muy bien para alcanzar su delantera con la boca. Madre mia, tocarla y morderla a traves de aquella rejilla fue sexy, excitante e intenso. "Quieres ducharte?" me pregunta. Claro, allá que voy. Vamos de su comedor al baño, me enseña donde está todo y me deja ducharme solo, tal y como le pedí. Cuando salgo de la ducha voy hacia su cuarto y alli estaba ella, encima de la cama, desnuda, sin tacones, sin rejilla, con sonrisa y con esa cara y esa actitud que me había llamado la atención en sus fotos. Me acerco, me pongo encima, la toco, la acaricio, la beso, ella responde a todo con más besos, mas caricias, me toca, yo la paro, le pido permiso y me deja seguir besandola y tocandola hasta que bajo a su entrepierna. Buf, descubro una entrepierna limpia, suave, celestial, yo diría que perfecta. A mi me encanta estar por aquellos lares, pero he de reconocer que en algunos casos, dependiendo de la mujer, es un suplicio más que un placer. En el caso de Ana es como estar en el cielo de las vaginas, es como la nube blanca más esponjosa... es, exagero, lo sé, una delicia sublime. Vamos que me encantó. Ella se dejaba hacer, poco a poco, que no tengo ninguna prisa, y estuvimos así un rato bien largo, porque a mi me apetecía y porque a ella le debió gustar, pues cada vez estaba más mojada, y cada vez me apretaba más contra ella, me cogía del pelo, se movía sin esconderse, yo cada vez iba subiendo la intensidad, hasta que al final le pude comer hasta el pensamiento. Tengo que reconocer que es la primera vez que disfruto de verdad haciendo esto con una escort. Fue como hacerselo a mi novia. Sin tapujos, sin remilgos, sin payasadas ni mentiras, sin adornos. Nos gustó. Se corrió, y yo pude haberme corrido allí mismo en cero coma si me hubiese tocado lo más mínimo. No tuvo ni que decirme nada, me miró, me cogió la cabeza, me subió hacia arriba y me soltó un morreo que bien mereció un premio. Buf, que no se acabe esto por favor. "Ahora me toca a mi", me dice. Me tumbo, me toca, empieza a comerme poco a poco, hasta que se envalentona y me hace una de las mejores mamadas que me han hecho nunca. Yo me caliento tanto que le pido reciprocidad. Ahora estamos en 69. Aquello sigue tan húmedo como lo había dejado 10 minutos atrás. La actitud de los dos es ahora insuperable. Fué como una lucha de a ver quien hace que le guste más al otro. Madre mía Ana, a este paso me enamoro. Yo creo que tuvimos que parar de la vergüenza, como si emplearse tanto estuviese prohibido. Me mira, me soríe, sin decirme nada me enfunda, y se pone encima mientras me coge, me aprieta, me besa y empieza a cabalgar, primero poquito a poco, y luego subiendo el ritmo y la fuerza. Hasta incluso diría yo que la mala leche. Yo estaba tan motivado que podría haber saltado sobre mi a cualquier ritmo. Ella gemía tanto, se movía con tanta gracia y fuerza a la vez, y al mismo tiempo podía coger sus pechos y estrujarlos de aquella manera, que no me importó en absoluto dejarme llevar y acabar de aquella manera gloriosa sin probar ninguna otra postura. Acabé. Acabó. Gemimos y gritamos. Una alarma suena y los dos nos reimos. Just in time. Que apoteósico. 
Como ya he dicho en el título: Imposible no repetir. Aquella fué la primera vez que estuve con Ana. A día de hoy he estado con ella 3 veces, a cada cual mejor. Es la única escort con la que he repetido, y después de escribir esta expe y revivir mentalmente, estoy por volver a llamarla ahora mismo. 
 
Junoooooo... que te pierdes.