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Como diría el del martini: magnífica. Te dejo una expe que publiqué hace muchas lunas en otro foro (es de cuando follaba):
DETALLES DE LA AGENCIA: impecable la agencia, impecable Cristina.
DETALLES DE LA CHICA:filipina, veintipoquitos, sobre el 1'50, con tacones 1,60 (jeje); cabello: negro, liso; constitución: pequeñita y sexy, muuuuyyyyy sexy; tatoos & piercings: tatoo en el tobillo izquierdo (¿) un conejito playboy; fumadora: creo que sí pero no fumó; sexo: totalmente depilado; carácter: la ostia, con perdón. majísima, súper dulce, extrovertida, habladora, sexy –ya lo había dicho, ¿no?-, buffff. Si no fuera por mi alergia, me habría enamorado.
PUNTUACIONES DE LA CHICA: cara E (mucho más guapa al natural), físico en general E, pechos: casi no MB, culito E, trato E, francés E, trajineo: ¿y esto que es?; implicación y valoración global E. Repetirías? repetiré, tripitiré, cuatripitiré…..
EXTRAS SEXUALES: francés sin: si; terminado oral: si; besa: si, de muerte; griego: no tengo ni idea; temática sado: no lo sé pero tiene un algo que me dice que sí; masajitos previos y/o posteriores: en mi caso no.
El partido en si:
Me recibe Cristina con dos besos, y me acompaña a un saloncito previo al terreno de juego donde una gran bañera estaba ya preparada para ser disfrutada. Charlamos un rato, hablamos de mi visita anterior a la agencia que hice en el paleolítico superior, de la chica que elegí entonces, Auri, una venezolana con un culo perfecto. Me prepara un Gintonic –me deja un vaso largo y ancho, una botella de ginebra, tónica y un cubo con hielo- y me presenta a Mai. Dos besos, tal cual la imaginaba, más guapa que en las fotos y que en la televisión, se vuelve a ir, vuelve Cristina. Me encuentra con cara de tonto. 2 horas, ¿me dice?. 2 horas -arrepintiendome de no decirle 2 días- le digo.
Entra Mai.
Nos cogemos de las manos, nos juntamos y nos besamos, estuvimos besándonos mucho, mucho rato. Ella fue mostrándose poco a poco, primero se quita un tirante, luego el otro, luego se le va cayendo el vestido, al final cae del todo, quedándose con un culotte y unas medias blancas. Yo más torpemente intento igualar la situación, sólo que mi juego de seducción me vino sin manual de instrucciones y claro, no fue exactamente lo mismo.
Sin dejar de besarnos nos aproximamos al terreno de juego, delante del espejo, le quité el culotte y las medias. Lo hice con delicadeza y hasta me sorprendí de no hacerle ninguna carrera en las medias. Entramos en la bañera. Besos, más besos y, claro, salió el periscopio a ver por donde estaba situado el enemigo. El enemigo lo vió y empezó a jugar con el, con las manos y con la boca. El juego, duró y duró, intercambiando esos juegos con más besos. Decidimos, salir del agua y pasar a jugar en la cama, previo secado de nuestros cuerpos.
La cojo en brazos –Mai es un peso pluma- y la dejo en la cama con toda la delicadeza que fui capaz de conseguir. Le hace gracia. Le hacen gracia muchas cosas, está siempre sonriendo, da gusto estar con una chica así, parece que los chistes y las cosas que le dices le hacen gracia siempre. Le beso en los labios, en los pechos en el ombligo y empiezo a jugar con su sexo. Le gusta, lo noto, lo pasa bien y a mí me gusta que lo pase bien. Vuelve con el francés, espectacular, hasta el final……
Descanso, caricias, más besos, llevamos ya algo más de una hora sin tregua. Bueno, ahora hay una tregua. Mai vuelve a la carga, me acaricia, poco a poco va reviviendo, me voy poniendo a tono, empieza otra vez con francés, virando, virando, acabamos en 69, estamos así un buen rato, decide enfundarme, se coloca encima primero, para ponerse en cuatro después mirando ella hacia el espejo, yo, claro, también. Me gusta lo que se ve. Pero….. soy monotiro, el condón te ha matado, me dice, volvemos a acostarnos uno al lado del otro, volvemos a los besos, a las caricias, a la conversación. Nos reimos, se rie todo el tiempo, me gusta su sentido del humor. Le digo que me va a tener embobado un par de días. Se rie. Me pregunta que haré cuando se me acabe. Le digo que embobarme con otra. Vuelve a reirse. Nos vamos separando poco a poco, para evitar una despedida brusca. Mientras ella se ducha, yo me visto. Mientras ella se seca, yo la miro. Mientras ella se viste, yo sigo mirándola. Cuando ella se va, yo aún la tengo en la retina.
Entra Cristina con el carro de los postres. Parece increible pero no está mi colonia. Me invita a un bombón, le suena el móvil un par de veces. Me hizo gracia el tono que se ha puesto en el móvil. Atiende a un par de clientes, uno nuevo –le trata con educación- y otro conocido -le trata con mucho cariño-. Sigo estando en una nube. Se lo digo. Se rie. Me dice que tiene un regalo para mi. Me da una foto de Auri, aquel primer amor en Madame Cristina.
Me acompaña hasta la puerta. Me da dos besos.
Última edición por pelos; 10/07/2010 a las 19:51
Razón: adjuntar expe
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