Este tipo de sensaciones que describes yo creo que casi todos hemos pasado por ellas, como exactamente dice Simunet, hay una parte de nuestra cultura que tiende a hacernos creer que disfrutar del cuerpo propio (y del ajeno ) es algo sucio y malo (un pecado al fin y al cabo).

Se trata de pasar esta etapa sin forzar los pasos, pronto encontrarás que sublimas la cuestión y te concentras en el disfrute de la situación, del encuentro con una desconocida (o una buena amiga si eres asiduo a alguna chica en particular).

Todo es comenzar...
Archer