Yo cada vez que me entero que una de ellas deja este mundo del escorteo, porque ya ha cumplido sus objetivos o por otras circunstancias, y más si es conocida mía, si he de decir la verdad, me da una gran alegria.
Parece absurdo, que uno que lo está utilizando se alegre de ello, pero es la verdad. Es un mundo muy duro.