******* Como de costumbre quedé con Victoria en su apartamento..., y allí estaba ella, tan bella como siempre, esperándome con una sonrisa y un beso de bienvenida. Después de una ducha entré en la habitación, y allí estaba esperándome con un camisón que dejaba entrever su espectacular figura y unas minúsculas braguitas..., me puse como una moto y por un momento -y sin poder evitarlo-, se me pasó por la cabeza*que si mi mujer intentara ponerse esas braguitas, las rompería y sadrían disparadas o desaparecerían de todas maneras entre sus carnes...jajaja.