Antes me conocía más a las masajistas y recibía otro trato. Desde que he empezado a visitar otros lugares y he perdido la categoría de "asiduo", ya es otra cosa.
También me escapo a las pelus, pero muy de vez en cuando. La suciedad y lo "minimalista" (por no decir "surrealista" en algunos casos) de muchas hacen que no termine de sentirme a gusto. Lo económico que resulta es un buen estímulo, eso sí!! ;-)
En fin, a mí aún me queda encontrar a la elegida... :-( Supongo también que me cuesta quedarme sólo con una... ;-)