Veo que sin besos no hay paraíso. Y sin duda con un buen morreo la relación hubiese sido alucinante. Pero, insisto, el cuerpo es de impresión.
Veo que sin besos no hay paraíso. Y sin duda con un buen morreo la relación hubiese sido alucinante. Pero, insisto, el cuerpo es de impresión.