“Para hablar sinceramente, así, entre nosotros, termino peor que empecé…No es que empezara demasiado bien…nací, repito, en Courbevoie, Sena…lo repito por enésima vez…después de muchas idas y venidas termino muy mal… son cosas de a edad, me dirás… ¡cosas de la edad!... ¡entendido!”
Así comienza la novela “De un Castillo a otro” de Louis-Ferdinan Celine. La edición de bolsillo que editó Bruguera tiene 378 páginas y todo el relató mantiene el mismo sistema de puntuación con puntos suspensivos. Cuando lo leí, no sin gran esfuerzo, no me gustó porque no supe cogerle el ritmo de lectura. Los puntos suspensivos me cortaban continuamente mi discurso interno de aprendizaje. De Celine soy un gran admirador – más allá de pensamientos políticos- como escritor y su “Viaje al fin de la noche” es un libro que impacta. Pero “De un castillo a otro “ lo recuerdo como un calvario.
Al leer el “Improvisando…. relato erótico” me ha pasado lo mismo, que cuando leí el libro de Celine, a pesar de haber pasado bastantes años. No puedo cuando los puntos suspensivos son continuos. Es evidente que no he progresado. Pero la magia de crear es que se hace por placer propio y para disfrute de uno mismo y por tanto todo está permitido y todo vale. A los curiosos, que entramos en el particular mundo de los creadores, nos puede gustar o no lo que examinamos, nos identificamos o no, lo entendemos o no y seguiría con puntos suspensivos que no lo hago. Es posible que Lucia no conozca a Celine y, probablemente, no ha leído su libro pero ha coincidido en la forma de quererlo expresar; más allá de la técnica y los motivos que la han llevado a esa forma de puntuar. En Celine fue el desespero de un hombre acabado y en Lucia una forma de expresar dulzura en lo que diríamos prosa poética. El relato de Lucia es muy almibarado, para los que tenemos cicatrices, y como tal no me identifico. A toda forma de expresión de arte somos libres de dar nuestra opinión. Y atinados son los consejos de Oliva y Gerundio que no ciencia. Pero el más duro castigo a cualquier creación es decir que es malo. Decirle malo al arbitro lo exaspera, decirle malo al creador es dejarlo indefenso. Palabra sencilla y aparentemente exenta de maldad. Puede ser un comentario rápido y no meditado. Pero si lo que se busca se comunicar podemos criticar, despellejar o satirizar pero decir malo es provocar o humillar.
No se porque comento todo esto pero es que pasaba por aquí.