El olor sin duda. Cuántas veces después de hacer el amor me he visto saboreando cada esquina de su cuerpo, el olor a sexo, húmedo, tibio, salado...sin fragancias, sólo el olor tal cual, sin perfumes que lo enmascaren. El olor que resulta de la suma de dos cuerpos, es único, irrepetible, personal. Pero no pasa con todas las personas, sólo unas pocas, es algo animal, inmediato como han dicho. Biológicamente está comprobado que el olfato es el sentido más primitivo, en contacto directo con el sistema límbico, el camino más rápido para llegar y tocar el recuerdo sin siquiera procesarlo conscientemente antes de que se desvanezca, como con la punta de los dedos.

Olor a talco que transporta a la infancia, olor a cesped recién cortado por la mañana, olor a chimenea, olor de la ciudad mojada tras un chaparrón...tan personal, a cada individuo le sugiere algo tan íntimo porque sus vivencias son personales e intransferibles. Sin olfato además no existe el sabor, están unidos. Saboreamos la comida porque tenemos sentido del olfato ...si no que se lo pregunten a quien está resfriado y todo le sabe igual.