Coincido al 100%.
Es más, me repugna que alguien "viva" del cuento azuzando una clase de sentimientos que no aportan bienestar a nadie y que son excluyentes.
Unos ejemplos:
- Los que simpatizamos con el Espanyol de Barcelona... ¿deberíamos luchar para que fuesemos independientes y no jugásemos nunca al fútbol con los del Barca?
- Los que somos altos y calvos... ¿deberíamos emanciparnos de los gordos melenudos?
- Los que hablamos esperanto... ¿deberíamos separarnos de aquellos que hablan tagalo?
- Los que bailamos espléndidamente la jota aragonesa... ¿deberíamos aislarnos de los que destrozan una sardana?
- ¿Nos iría mejor?
Es que ¿no es mejor, sin necesidad de pasar por frontera alguna, poder seguir juntándonos con esos amigos tan cojonudos que tenemos en Girona, o ir a Montmeló a ver las motos, o cenar en Barcelona (en Abac, a ser posible), o pasear por las Ramblas, o tomarnos un cubata de Zacapa en Salou, o jugar al golf en Pals, o lo que nos plazca?
Porque, sin que nadie se ofenda, Catalunya somos también los de Soria, los de Almendralejo, los de Cambados y los de Estepona. Porque la hemos vivido, querido y compartido desde niños. Y hasta ahora. Y a todos los que sentimos así, nadie nos va a birlar nuestra tierra porque Catalunya es tan nuestra como de otros. Y estamos orgullosos de ella.
Así que pedir Gibraltar, que es el único saldo que nos queda. El resto no se da.