odio el olor del papel de periodico con un lamparon de bokata de atun
odio el olor del papel de periodico con un lamparon de bokata de atun
En estos tiempos tan asépticos que nos ha tocado vivir, afirmar que te excita sexualmente el olor de alguna persona suena a que eres algo friki o, ya hablando en plata, un marrano de tomo y lomo.
Por supuesto, no estoy hablando de ponerse "cardíaco" en un vagón de metro a las 7 de la tarde un día de verano, cuando el olor a Humanidad (lógico después de un largo día de trabajo) campa a sus anchas... Bueno, puede ser que a alguien le pase, sobre todo si es fiel seguidor de alguna parafilia relacionada con los olores.
A este respecto, comentar que los expertos en estas cuestiones hablan de 'Barosmia', que es la excitación desencadenada por el olfato; 'Ozolagnia', la excitación sexual provocada por los olores fuertes; 'Renifleurismo', cuando la excitación proviene del olor a orina; 'Olfactofilia' u Osmolagnia, cuando se trata de olores que provienen de las axilas o de los órganos genitales, y, para que veáis que no todo va 'de lo mismo', 'Antolagnia', la excitación sexual que produce oler flores.
Ya, todo un mundo de posibilidades, sin duda. Sin embargo, sin llegar a extremos parafílicos o excluyentes, es innegable la importancia que tienen los olores corporales antes, durante y después de nuestras relaciones sexuales. El sexo y el amor son pura química, por lo que no hay que desdeñar el papel fundamental que juega nuestra nariz a la hora de encender (o apagar) la llama de la pasión.
La alemana Ingelore Ebberfeld es la autora de una interesante tesis doctoral que intenta responder qué función desempeñan los olores en nuestra sexualidad. Para elaborar su estudio realizó una encuesta en la que casi la mitad de los participantes afirmaron ser estimulados sexualmente por el olor de sus parejas e incluso un 8% de hombres y un 5% de mujeres "confesaron" haber recurrido a ropa anteriormente usada por sus parejas como instrumento de excitación.
Tras el olor corporal sin perfumes, aparece en la lista el olor corporal perfumado (45%), el olor íntimo (31%), el olor después del acto sexual (26%) y el olor axilar (23%). Independientemente de los resortes que se disparan y activan en nuestro organismo ante ciertos estímulos olorosos, queda claro que los olores tienen mucho que ver en la comunicación sexual. En este sentido, juegan un papel muy importante las feromonas. Aunque no podemos percibir su olor, nuestro cuerpo reacciona ante su presencia e incluso influyen en la elección de la pareja aunque, a diferencia de los demás animales, no reaccionamos automáticamente ante ellas.
Nuestro proceso complejo de socialización, así como diversas restricciones culturales, son las responsables de este relativo poder sexual de las feromonas en el ser humano. Por mucho que digan algunos fabricantes de perfumes y sustancias olorosas fabricadas a partir de feromonas... No es así de fácil. Imaginaos si no...
Mención especial en este aromático 'post' merecen los olores que expelen nuestros órganos genitales. Ya hemos comentado los efectos afrodisiacos que producen en algunas personas. Por cierto, en el anecdotario sexual de la Historia circula la leyenda que atribuye a Napoleón y Josefina unas relaciones sexuales basadas en este aspecto. Parece ser que el emperador corso conminaba a su enamorada a no lavarse sus bajos fondos en los días previos a su reencuentro, después de alguna de las largas giras y campañas militares protagonizadas por el pequeño estadista. "Josefina. No te laves. Voy", dicen que puede leerse en alguna carta entre los dos amantes que ha llegado hasta nuestros días.
Sea como sea, los olores corporales genitales tienen el efecto contrario al que estamos comentando en muchas personas. Repelen, dan asco y se lucha denodadamente para eliminarlos. A veces, tanto rigor higiénico puede ser perjudicial, llegando a alterar la naturaleza genital al usar jabones o desodorantes que irritan o se cargan algunas bacterias beneficiosas para la salud de la vagina, por ejemplo.
Además, abusar de estos compuestos químicos puede provocar que pasen desapercibidos ciertos procesos infecciosos que suelen manifestarse precisamente con el olor... En cualquier caso, una buena higiene diaria siempre es aconsejable, como en el resto del cuerpo, pero sin obsesionarse ni arrancarse la piel a tiras.
(de Avizora.com)
Me encanta el olor de un libro viejo ...... también el aroma de un vino viejo ........ y el olor de una chica joven ......
Ahora en verano, me masajeo un momento el escroto y me huelo la mano... No esta mal!
IMAGENES FUERTES. PERSONAS CON EL CORAZÓN DELICADO, PORFAVOR, ABSTENERSE DE VER EL VÍDEO.
olores y sabores corporales...
Sexo drogas y rock&roll
Buscando otras cosas esta mañana en Internet he entrado por verdadera casualidad, en un foro, en que abundaban sobre el tema de los olores corporales, y me he acordado de este hilo que abrí hace tiempo, y que estaba perdido por ahí.
He sonreído al leer ciertas cosas, y obviamente he recordado con fruición el olor corporal de una amiga con la que tengo algo pendiente en unos pocos días. Ha sido curiosísimo he recordado y revivido ciertos momentos que fueron la leche! Creo que el recuerdo de los olores desencadena una serie de sensaciones que son difíciles se produzcan mediante otras cosas.
Al releer el hilo leo algo que aportaba Verónica (de la que muy poco se sabe ya ...... y que es una pena, a la vez que una alegría para ella), y que es muy cierto al menos en mi caso EL OLOR DESPUES DEL ACTO SEXUAL.
Como todo es un continuo fluir, el leer eso me trasladó al pasado mes de mayo, en que después de una loca noche de desenfreno y demás con una amiga (no es por querer epatar a nadie ehh, pero aquella noche loka fue en el Hotel W Vela de Barcelona), me levanté de madrugada al baño, y al volver a meterme en la cama, fue tan intenso y agradable el olor que noté, que no pude más y abalanzeme cual mono lúbrico ...... y fui recibido con ganas de seguir generando olores ........... Si es que ........ es mejor no leer ciertas cosas ......
Por si a alguien le interesa, copio esto que estaba enlazado allí, aunque yo a mi mismo, más me denominaría AntiBromidrosifóbico, o feromónico desatado.
La Bromidrosifobia es la sensación de miedo o temor a los olores, aromas o fragancias corporales de otros y de sí mismo. Esta Bromidrosifobia se define como la emoción persistente, anormal e injustificada de miedo a los olores, aromas o fragancias corporales de los otros y de sí mismo.